Tas 314 días de gobierno en funciones, Mariano Rajoy fue electo hoy presidente por el parlamento español gracias a la decisiva abstención del PSOE.

Los diputados votaron 170 a favor, 68 abstenciones y 111 en contra, lo que le valió a Rajoy, del PP, su segundo mandato, esta vez con una minoría a su favor en la Cámara.

Este tiempo de incertidumbre se generó por la poca capacidad de formar acuerdo de los partidos políticos españoles tras las elecciones del 20 de diciembre.

En España las elecciones presidenciales son indirectas a través del Congreso de Diputados y el presidente termina su mandato cuando asume el siguiente mandatario.

El candidato a la presidencia es elegido por el Rey, como dice la constitución española: "Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno."

No hay un plazo máximo entre la presentación del candidato y la votación de los diputados, por lo que llegar a acuerdos políticos es fundamental para el funcionamiento del país ibérico.

El presidente debe ser elegido por mayoría absoluta en el parlamento, si esto no sucede -como pasó hace dos días- se somete a otra votación, esta vez con mayoría simple. Si el candidato no cuenta con la confianza de la Cámara Baja, el presidente tendrá que elegir a otro candidato.

Durante los últimos 30 años dos partidos españoles han gobernado prácticamente solos. El Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) habían competido por los escaños y funciones del gobierno siendo siempre los mismos rivales políticos.

En las elecciones del año pasado ese duopolio se acabó. La aparición de otros dos partidos fuertes en la política española, Podemos y Ciudadanos, hizo que se generara una mayor desconfianza entre los partidos políticos que tienen que competir por los distintos puestos.

Frente a la necesidad de formar alianzas entre los partidos, los diputados españoles estuvieron 314 días tratando de buscar la fórmula que más los beneficiara. Lo que terminó con una histórica abstención del PSOE frente al candidato del PP, que estuvo más de 10 meses gobernando de forma interina.

Ahora el presidente español tendrá que gobernar sin una mayoría en el parlamento, pero con una oposición dividida.