La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos ensayó en secreto desde 2005 la producción de un muñeco de aspecto satánico con la imagen del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, informó el diario The Washington Post. 

"Por más de una década la CIA ha usado aviones robóticos, satélites, espías, informantes y aparatos de rastreo para combatir a Al Qaeda en Pakistán", pero "también consideró un plan para librar la guerra con juguetes", aseguró el rotativo.

El Post, que atribuyó la versión a "personas familiarizadas con el proyecto" a las que no identifica, explicó que el rostro del muñeco "estaba pintado con un material que se disolvía con el calor", lo que dejaba al descubierto las facciones satánicas. 

Bajo esa pintura aparecía "un bin Laden de rostro rojo que parecía un demonio, con penetrantes ojos verdes y marcas faciales negras".

La meta del proyecto, que tuvo poca duración, era sencilla: asustar a los niños y a sus parientes enseñándoles a temer al líder de Al Qaeda. 

Según el Post, la producción de los prototipos del muñeco "Ojos satánicos" estuvo a cargo de Donald Levin, el otrora ejecutivo del fabricante de juguetes Hasbro, quien desempeñó un papel clave en la creación de los muñecos G.I. Joe, muy populares en EE.UU.

Las ventas de los G.I. Joe, que representan a un soldado, han generado más de 5.000 millones de dólares desde que el muñeco apareció en las jugueterías en 1964. 

La CIA recurrió a Levine, según el Post, porque el diseñador "tenía buen ojo para los juguetes y una vasta red de contactos en China donde al final se fabricaron los muñecos Bin Laden".

Levine falleció el mes pasado, a los 86 años, debido a un cáncer.

El Post señaló que no está claro cuántos juguetes se fabricaron y agregó que "una persona con conocimiento directo del proyecto en China dijo que cientos de esos muñecos se fabricaron como parte de una serie de preproducción y se enviaron en un carguero a Karachi (Pakistán) en 2006". 

El portavoz de la CIA, Ryan Trapani, dijo al diario: "hasta donde sabemos sólo hubo tres ejemplares y su propósito fue, meramente, mostrar cómo luciría el producto final".

"Después que se presentaron esas muestras, la CIA abandonó la idea y no produjo ni distribuyó" los muñecos, agregó Trapani.