La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, es la mujer latinoamericana más poderosa del mundo, según una lista difundida hoy por la revista Forbes, en la que también aparecen las mandatarias de Argentina, Cristina Fernández, y de Costa Rica, Laura Chinchilla, así como la modelo brasileña Gisele Bündchen.

La mandataria brasileña le arrebata así el puesto a la jueza de origen puertorriqueño Sonia Sotomayor, que ha pasado de estar a la cabeza de ese ránking en 2010 a no aparecer este año en la lista de las cien mujeres más poderosas del mundo de Forbes, que lidera la canciller alemana, Angela Merkel.

La publicación defiende la inclusión de Rousseff entre las más poderosas del mundo gracias a su "extraordinario" ascenso hasta la presidencia de Brasil, por el cual se convirtió en la primera mujer de la historia en ponerse a los mandos de la mayor economía de América Latina.

Rousseff, que en 2010 ocupaba el puesto 95 de la lista global, ha escalado ahora a lo más alto de ese ránking para convertirse en la tercera mujer más poderosa del mundo, y la número 16 de la lista que incluye tanto a hombres como mujeres.

FERNANDEZ
Según la lista de Forbes, que encabezan la canciller Merkel y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, la segunda mujer más poderosa de latinoamérica es Cristina K., quien ha escalado posiciones desde el lugar número 68 del 2010 hasta el 17 de este año.

La publicación recuerda que Fernández, la primera mujer elegida para ocupar la Presidencia de Argentina, anunció en junio pasado sus planes para luchar por un segundo mandato, aunque se enfrenta a grandes obstáculos como las altas tasas de inflación y la oposición desde el ámbito de los negocios.

En el tercer puesto de las latinoamericanas más poderosas se encuentra otra brasileña, la modelo Gisele Bündchen, quien se coloca en el puesto número 60 de las mujeres con más poder y también en ese mismo número de las famosas con más influencia.

Forbes destaca tanto el activismo social de la maniquí, quien fue designada en 2009 embajadora de Buena Voluntad de la ONU por su interés en las causas medioambientales, como los jugosos ingresos que se embolsa por ser la imagen de marcas como la firma brasileña de calzado Grendene, así como H&M, Pantene o Max Factor.

La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, es la cuarta mujer con más poder de América Latina y la número 86 del mundo, con lo que ha perdido tres puestos comparado con el 2010, cuando ocupaba el 83 gracias en parte a la reforma fiscal que impulsó tras tomar posesión en febrero de ese año.

La revista argumenta ese descenso por la crisis en la frontera de Nicaragua y precisamente la reforma fiscal por la que está tratando de recortar 997 millones de dólares de déficit, que se han unido para que su popularidad caiga en agosto hasta el 26 %, comparado con el 37 % de marzo.

En ese ránking aparecen también la española, Ana Patricia Botín (77), presidenta de la entidad bancaria Banesto e hija del banquero Emilio Botín, y la empresaria sudafricana de origen portugués María Ramos (93).