Ray Chen, connotado violinista taiwanés, dará concierto en Chile

En 2012 se convirtió en el músico más joven en tocar en la ceremonia de los Premio Nobel, con solo 23 años. Aterriza en Santiago para presentarse mañana junto a la Orquesta Filármonica de Chile en el CA660, en una velada dedicada a la obra de Tchaikovsky: "Se podría decir que este concierto y yo, somos viejos amigos", dice.




Diariamente, el violinista Ray Chen (1989) comparte a través de su Facebook, Twitter e Instagram vídeos suyos invitando alegremente a la gente a sus conciertos; ensayando en la intimidad de su casa; promocionando sus nuevos proyectos, o incluso bromeando acerca de su vida como músico. En una de sus últimas publicaciones, se ríe acerca de la manía de dejarle a los instrumentos recién comprados su plástico protector... En apariencia su carácter no es el que comúnmente se supone que tienen los exponentes de la música clásica, pero es uno de los intérpretes jóvenes más destacados de la actualidad.

A sus 27 años ha recorrido el mundo tocando con los más afamados directores y orquestas, ha ganado prestigiosos concursos internacionales de violín (Reina Elizabeth, 2009; Yehudi Menuhin, 2008) y se convirtió en el músico más joven en presentarse como solista en la ceremonia de los Premios Nobel (2012). "Lo que hace a un intérprete especial hoy en día no es su habilidad técnica, sino la capacidad de comunicarse con el público", dice el violinista a La Tercera.

Ray Chen se presentará mañana en Santiago junto a la Orquesta Filarmónica de Chile, bajo la dirección de Paolo Bortolameolli (34). Noche Tchaikovsky se titula el espectáculo en que interpretarán algunas de las piezas clave del genio ruso, como lo es el Concierto para violín y orquesta.

El Concierto para violín de Tchaikovsky es una de sus obras preferidas. ¿Qué lo hace tan especial?

Esta pieza no es popular sin razón. Se ha ganado el título del "más popular concierto para violín", ya que una pieza maravillosa llena de nobleza, triunfo heroico, y con una gran belleza en su profundidad musical. Este concierto ha aparecido varias veces en mi vida en los momentos más cruciales: yo tenía 13 años cuando lo abordé por primera vez con orquesta en un concurso nacional en Australia, y esa presentación se convirtió en la razón por la que decidí que quería ser violinista profesional. Me ayudó de nuevo en 2009, esta vez cuando gané el Concurso de violín Reina Elizabeth, que fue el puntapié inicial de mi carrera... Se podría decir que este concierto y yo somos viejos amigos.

En términos de dificultad interpretativa, esta composición fue considerada por algunos como "imposible de tocar" en la época de Tchaikovsky. ¿Desde un punto de vista moderno, qué piensa de las dificultades de esta creación?

Los tiempos han cambiado desde la época de Leopold Auer, el hombre que afirmó que este concierto era "impracticable". La técnica del violín ha mejorado enormemente. Lo que se consideraba imposible en aquel entonces, como el Concierto para violín de Tchaikovsky o incluso Paganini, ahora se considera parte básica del repertorio moderno para cualquier adolescente que espera entrar a un conservatorio de música. Dicho esto, lo que hace a un músico especial ahora no es la habilidad técnica, sino la capacidad de comunicarse con el público y de contar una historia con la música. A menudo esto significa mirar más allá del Concierto para violín en sí, y encontrar algo verdaderamente único y personal sobre la pieza para relacionarse con ella.

Siempre parece interesado en cubrir un amplio repertorio: desde Bach o Tartini a Stravinsky o Pärt, por ejemplo. ¿Por qué este interés tan amplio?

Diferentes piezas tienen diferentes personalidades. Me encanta el hecho de que en un momento puedo desempeñar el papel de un zar de Rusia y luego, al momento siguiente, caer en un baile de pueblo subido de tono. O tal vez convertirme en piadosos y devotos al abordar a Bach y Pärt, o imaginarme a mí mismo como un artista de la corte aristocrática austriaca durante la reproducción de una obra de Mozart. La historia cobra vida cuando se mezcla con la imaginación, y eso es algo divertido y emocionante sentir.

Ud. se ha diferenciado de muchos intérpretes de música sinfónica que tienden a vivir sólo por su música y por los ensayos, manifestando su gran interés por el cine, los videojuegos, la música pop y las redes sociales. ¿Qué tan importante es para un músico clásico estar en contacto con el mundo fuera de su circuito?

Si bien es importante para un intérprete dedicar una gran cantidad de su vida a la música en sí, considero que es igualmente utilizar una gran parte del tiempo a comprender la psicología humana. Por eso me encantan las redes sociales, me enseñan acerca de cómo la gente piensa, y por qué reaccionan a ciertas cosas de una manera determinada. Con esto, soy capaz de llevar la música a la audiencia. Pongamos, como ejemplo, un cuadro en un museo. Uno puede simplemente mirar a través de una caja de cristal y apreciar el arte y su belleza, pero si se pudiera romper esa caja y llegar más cerca, hasta entender que tiene una historia que contar: entender al artista, su personalidad y mensaje. Entonces hay una sensación de sentirse inmerso en el arte y se produce mucho más disfrute.

En solo dos años Ud. ganó dos concursos musicales importantes, ¿Qué opina sobre el mundo de las competiciones como una instancia de formación para los músicos? 

Para algunas personas, las competiciones se ven como algo antinatural y frío, pero para otros, como yo, se ven más bien como una oportunidad. Claro, algunas personas pueden hacer carrera sin entrar en concursos, pero la mayoría de la gente necesita una plataforma en la que puedan tener la chance de ser reconocidos y descubiertos. Incluso si uno no gana, la experiencia en sí puede enseñarte muchísimas habilidades, tanto musicales como personales. Yo he "perdido" más certámenes de los que he ganado, pero por esas competiciones que no gané trabajé duro, superé mis obstáculos y finalmente tuve éxito. La clave está en tener la actitud correcta.

¿Cómo fue su experiencia como solista en la ceremonia del Nobel de 2012?

¡Bastante estresante pero increíble! El CI combinado de todos en esa sala esa noche -con todos los ganadores del Premio Nobel y sus colegas- habría sido suficiente para enviarnos a la Luna de ida y vuelta. También estaba en vivo por la televisión para millones de espectadores y la familia real de Suecia estaba presente. Desde luego, no es una audiencia cualquiera.

En su presentación en Chile, Ray Chen abordará, además del Concierto para violín, la obertura Romeo y Julieta y la Quinta Sinfonía del compositor Pyotr Ilyich Tchaikovsky. Junto a la Orquesta Filarmónica de Chile, dirigida por Paolo Bortolameolli, se presentarán mañana a las 20 horas en el Centro de las Artes 660. Las entradas están a la venta desde $21.000 en www.ticketpro.cl. 

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