El conjunto ruso de gimnasia rítmica prolongó hoy su larga racha de victorias olímpicas y se impuso en la final de Londres 2012 con absoluta superioridad y justicia, acompañado en el podio por Bielorrusia y, en ese caso con más dudoso mérito, por Italia.

Las rusas se fueron hasta los 57,000 puntos, por 55,500 de las bielorrusas y 55,450 de las italianas.

Rusia revalida así un título que ha ganado ininterrumpidamente desde Sydney 2000. El conjunto ganador hoy del oro no solo es completamente nuevo respecto al de Beijing 2008, sino que ha cambiado a dos gimnastas respecto a los Mundiales de 2011, tal es la riqueza de su cantera.

Anastasia Bliznyuk, Uliana Donskova, Ksenia Dudkina, Alina Makarenko, Anastasia Nazarenko y Karolina Sevastyanova estuvieron en otra dimensión. Pese a momentáneas descoordinaciones, los riesgos técnicos de sus ejercicios son tantos que su oro no se puede discutir. Con las cinco pelotas consiguieron un 28,700 que las catapultaba a la victoria. Luego, con los aros y las cintas, demostraron que ningún conjunto hace volar de igual manera estos aparatos. El 28,300 que recibieron les dio un botín de 57,000 puntos inalcanzable.

Las italianas, ganadoras de los tres últimos mundiales, apuntaron claramente hacia la plata en la primera rotación, con un ejercicio original, alegre y muy mecanizado con las pelotas. Luego llegaron las dudas: cuando apuraban su segunda presentación, una gimnasta lanzó una cinta fuera del tapiz.

Pese a un fallo tan evidente y a una penalización de 0,200, su nota de 27,325 las colocaba por encima de España, hasta entonces tercera y que no había cometido errores penalizables. Las entrenadoras españolas se revolvieron de rabia en sus asientos y luego comenzaron a llorar.

Bielorrusia, lejos de Rusia para luchar por el oro, cerró su participación con una bella composición que le aseguró la plata.

Con su victoria de hoy y la de Evgeniya Kanaeva ayer en la final individual, Rusia vuelve a hacer pleno en la rítmica de Londres 2012, como ha hecho ininterrumpidamente desde Sydney 2000.

Las jóvenes componentes del conjunto cantaron a voz en grito el himno ruso, exultantes sobre el podio, en una emocionante imagen que puso fin a la gimnasia olímpica hasta dentro de cuatro años.