El ex Presidente de Pakistán, Pervez Mushárraf, fue acusado hoy de alta traición por un tribunal especial de Islamabad, en un caso sin precedentes en un país gobernado por regímenes militares durante más de la mitad de su Historia.

El tribunal especial consideró que el ex general suspendió el orden constitucional en 2007, cuando impuso el estado de excepción y detuvo a cientos de jueces, y los cargos contra él pueden acarrear la pena capital, de acuerdo con la prensa local.

Mushárraf, de 70 años y que compareció por segunda vez ante el tribunal bajo la amenaza de ser arrestado si no acudía, se ha declarado no culpable de los cargos y ha sostenido que estos están motivados políticamente. 

La defensa pidió que se permita a Mushárraf visitar a su madre en Emiratos Árabes Unidos, donde se encuentra hospitalizada tras el empeoramiento de su enfermedad.

Los representantes legales de Mushárraf también afirmaron que el estado de salud de su defendido es frágil y que el mejor tratamiento para él se encuentra en Estados Unidos.

Sin embargo, el tribunal rechazó ambas peticiones al estar incluido el acusado en la Lista de Control de Salida (ECL, en sus siglas en inglés), un sistema de control de fronteras del Gobierno de Pakistán que impide salir del país a quien está inmerso en procesos por delitos graves.

La comparecencia del exgobernante se produjo entre fuertes medidas de seguridad, con 2.700 policías, militares y paramilitares desplegados en la capital paquistaní, lo que causó atascos que hicieron que los jueces llegaran tarde al juzgado.

Mushárraf se enfrenta a otras dos causas judiciales por su presunta responsabilidad con las muertes del líder nacionalista baluchi Nawab Akbar Bugti en 2006 y de la exprimera ministra Benazir Bhuto un año después. 

Pero, con la acusación de hoy, Mushárraf se convierte en el primer antiguo mandatario de Pakistán en ser juzgado por la Justicia por actos políticos cometidos durante su mandato. 

Ayub Khan y Yahya Khan, los dos primeros dictadores paquistaníes, fallecieron de enfermedad, mientras que Zia ul Haq, el tercer autócrata del país asiático, murió en un misterioso accidente de avión.

Mushárraf fue acusado de alta traición en noviembre pasado por el Gobierno y se encuentra en libertad condicional por este y otros juicios.

Los hechos hoy juzgados se remontan a noviembre de 2007, cuando el exmilitar impuso el estado de excepción en plena pugna con la Judicatura del país y, en particular, con el entonces presidente del Tribunal Supremo, Iftikhar Chaudhry, al que hizo detener.

Según el Gobierno, su actuación supone un delito de traición de acuerdo con el artículo 6 de la Carta Magna paquistaní.

Tras la acusación, se creó un tribunal especial, pero Mushárraf se negó a comparecer en cuatro ocasiones después de ser ingresado el pasado 2 de enero al sentir un dolor en el pecho cuando se dirigía a los juzgados para su primera aparición.

De las 35 vistas del caso, el ex militar solo ha estado presente en dos, ausencias que ha justificado por motivos de salud y de seguridad.

Según la prensa local, Mushárraf fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos este fin de semana en el hospital militar donde se encuentra ingresado desde comienzos de año en la localidad de Rawalpindi, tras empeorar sus problemas cardiacos.

La hospitalización de Mushárraf disparó los rumores sobre su inminente salida del país fruto de un acuerdo tácito entre las autoridades civiles y militares para cerrar un caso embarazoso que tensa el frágil equilibrio institucional del país.

Mushárraf llegó al poder el 12 de octubre de 1999 tras dar un golpe de Estado contra el entonces primer ministro, Nawaz Sharif, que volvió a la jefatura de Gobierno tras vencer en las elecciones en mayo pasado.