Las autoridades ucranianas y los rebeldes pro rusos intercambiaron casi 370 prisioneros durante este viernes, un paso importante para reducir las hostilidades en el este de Ucrania.

El gobierno ucraniano entregó 222 prisioneros y los rebeldes 145, informó la agencia noticiosa estatal rusa RIA Novosti, siendo el mayor intercambio de este tipo desde que comenzó la insurgencia en abril.

Sviatoslav Tsegolko, vocero del presidente de Ucrania Petro Poroshenko, dijo que 146 prisioneros ucranianos fueron liberados el viernes y otros cuatro lo serán el sábado, según lo citó la agencia rusa Interfax. Las cifras correspondí­an a una declaración oficial ucraniana anterior, en la que se afirmaba que 150 prisioneros ucranianos fueron puestos en libertad.

En tanto, cientos de presos fueron liberados en los meses anteriores.

Las cifras de liberados variaron, y las tensiones se elevaban cuando arribaron en autobuses a un lugar al norte de Donetsk, el principal baluarte rebelde.

En algún momento durante el intercambio, la activista por los derechos de los separatistas Darya Morozova aseveró que el canje fue postergado hasta el sábado, informó la agencia ITAR-Tass.

La televisión estatal rusa mostró imágenes de prisioneros de guerra ucranianos montándose en autobuses en Donetsk antes de ser llevados a una zona al norte de la ciudad donde se realizó el intercambio.

En el lugar se convocaba a los prisioneros en grupos de 10, y funcionarios de ambos bandos verificaban su identidad.

El canje estaba planeado para hace unos dí­as, y su postergación demoró otra ronda de conversaciones de paz en la capital bielorrusa de Minsk, que debí­a comenzar el viernes pero se suspendió indefinidamente.

Los combates en el este de Ucrania entre fuerzas del gobierno, batallones voluntarios y separatistas prorrusos han causado unas 4.700 muertes desde que comenzó el conflicto en abril de este año.

Las conversaciones de septiembre resultaron en una tregua y un acuerdo de retirar armas pesadas, pero no ha habido acuerdo en torno a una lí­nea limí­trofe y las escaramuzas han continuado.

Las hostilidades se han atenuado en las semanas recientes en medio de las gestiones de paz, pero la desconfianza mutua ha entorpecido el progreso.

Hace unos dí­as el Parlamento de Ucrania aprobó abandonar el estatus de no alineado que tení­a el paí­s, un primer paso hacia una posible integración a la OTAN. Tal medida, que disgustó enormemente a Moscú, también ha perjudicado las gestiones de paz.

En medio de las tensiones, Ucrania suspendió el viernes los servicios ferroviarios y de autobuses a la pení­nsula de Crimea, anexada por Rusia, argumentando razones de seguridad. Crimea, que depende de Ucrania para sus suministros de electricidad y agua, ha enfrentado frecuentes cortes al servicio eléctrico, el último de los cuales ocurrió el viernes.

Rusia se anexó la pení­nsula sobre el Mar Negro en marzo, tras el derrocamiento del entonces presidente prorruso luego de meses de protestas.

Y en una medida que incrementó los problemas de los habitantes, Visa y MasterCard anunciaron el viernes que suspendieron los servicios de sus tarjetas de crédito en Crimea en lí­nea con las sanciones estadounidenses más recientes.