Esta vez no le interesó batir el récord mundial. Wayde van Niekerk, el velocista que se ha propuesto borrar la silueta de Usain Bolt en estos Mundiales, ha resuelto con solvencia y sin brillo el primer acto de su participación en Londres. Su ambiciosa apuesta de colgarse el oro de los 200 y 400 metros ya está cumplida al 50 por ciento.

De hecho, el surafricano corrió la vuelta a la pista con la mente puesta en la otra prueba, los 200 metros.

Ayer van Niekerk corrió en conserva desde el pistoletazo de salida de la final de los 400 metros. No apareció por ningún lado la salida explosiva, ambiciosa, que exhibió en los Juegos de Río. Todo era control, prudencia, precaución. Le queda aún mucho trabajo en los 200 metros como para desperdiciar energía. Corrió como si se tratara de una semifinal, en ningún momento quiso perseguir su récord mundial y cruzó la meta paseándose. Su crono final de 43"98 explica que lo de ayer fue un simple trámite: esa marca la hace silbando. Para facilitarle aún más la tarea, Makwala, el atleta de Botswana, no se presentó en la final afectado por ese extraño virus gástrico que se mueve por el hotel en el que están alojados los atletas.

Van Niekerk quiere pasar a la historia. Su apuesta sólo conoce un precedente. El inolvidable Michael Johnson, el expreso de Waco, lo logró hace dos décadas. Es muy difícil combinar la velocidad pura de los 200 con el esfuerzo mantenido que requiere la vuelta a la pista. El velocista surafricano sabe que va a ser la nueva imagen del atletismo, el nuevo Bolt.

Van Niekerk, apodado el soñador, ya fue sin discusión el atleta del año en 2016. Su récord mundial (43"03) de los Juegos de Río, logrado por la calle 8, a ciegas, sin referencias de sus rivales, no ha sido suficientemente valorado aún. En medio del ruido mediático acaparado por Bolt, el velocista surafricano, único atleta en la historia en bajar de 10"00 (100 metros), 20"00 (200) y 44"00 (400) sigue un poco en la sombra.

Van Niekerk tiene sólo 25 años y ante él se abre un abanico impresionante de posibilidades. Debe completar un gran ciclo olímpico hasta Tokio 2020. Y por el camino se convertirá en el primer ser humano capaz de recorrer una pista entera por debajo de 43"00. Pero ayer no quiso intentarlo.