Tiene la cascada más alta del mundo, montañas nevadas y playas de arena blanca en una de las costas caribeñas más largas. Pero en Venezuela también abundan los inconvenientes: la mayoría de los vuelos llegan de noche, no hay buenos guías y las posibilidades de alojamiento son modestas en muchas regiones alejadas, lo que ahuyenta a potenciales visitantes y hace que uno de los países latinoamericanos con mayores bellezas naturales atraiga más que nada a los turistas aventureros.

Aunque las satisfacciones que uno recibe al visitar sitios poco frecuentados son muy superiores a los obstáculos que se encuentran.

Recomendable resulta escalar el Roraima, de 2.800 metros de altura, la más alta de de un grupo de montañas aisladas y rectangulares conocidas como "tepuis" en el estado sureño de Bolívar.

RORAIMA
Las mesetas, una de las formaciones rocosas más antiguas del mundo, que tomaron su forma por las fuertes lluvias caídas a lo largo de millones de años, inspiraron la novela de Sir Arthur Conan Doyle "El Mundo Perdido" y, más recientemente, "Up!", una película que mezcla comedia y aventura sobre un anciano que viaja a Sudamérica en una casa flotante sostenida por globos de helio.

El ascenso toma dos días y unos mosquitos despiadados, conocidos como "la plaga", pueden convertirlo en una odisea. Pero una vez en la cima, las vistas son imponentes. Cuando el viento aleja las nubes surge un panorama fantástico, con riachuelos cristalinos que avanzan entre cañones y estanques.

Los indígenas que hacen de guías capturan y comen hormigas llamadas "bachacos" y comparten con los turistas una bebida conocida como "cachiri". Más adelante les informan que sus principales ingredientes son yuca (cultivo tropical de raíz) y saliva fermentados.

SALTO DEL ANGEL
Si el Roraima resulta demasiada aventura, es preferible volar al Parque Nacional Canaima, unos 250 kilómetros el este, y visitar el Salto del Angel, la caída de agua más alta del mundo, de 979 metros, con una cortina de agua ininterrumpida de 807 metros.

La majestuosa cascada es el mayor atractivo geográfico de Venezuela y está siendo considerada con otros 25 sitios espectaculares en la selección de las "Siete Nuevas Maravillas de la Naturaleza".

Se puede sobrevolar las cascadas en avionetas, pero la mayor parte de la gente opta por acercarse a ellas en piraguas por el río Churun y avanzar luego a pie por la selva hasta llegar al sector donde cae el agua y darse allí un baño refrescante.

ECOTURISMO
Los Llanos, una planicie ganadera escasamente poblada al sudoeste del país, son populares entre los ecoturistas. Allí uno puede quedarse en "hatos", o haciendas, y observar especies como el chiguire, o capibara, el roedor más grande del mundo, que llega a pesar casi 70 kilos.

Los más intrépidos pescan pirañas en ríos donde hay cocodrilos de hasta seis metros o ayudan a los guías a atrapar una de las víboras más grandes del mundo, la anaconda verde. Pueden llevarse de recuerdo una foto sosteniendo el temido reptil, que puede llegar a pesar 225 kilos y a medir más de nueve metros.

Los aficionados a la pesca pueden probar fortuna en la cuenca del Orinoco, donde hay un millar de especies de peces, incluido el pavón, que llega a medir un metro, y la payara, que posee dos largos colmillos y es muy difícil de atrapar, por lo que es muy codiciado por los pescadores. Abunda asimismo un pez de hasta 150 kilos llamado "valentón".

LOS ANDES
Para los que quieren escapar del calor, es preciso visitar Los Andes. Mérida es una bonita ciudad universitaria que sirve como punto de partida para visitas a las montañas nevadas del Parque Nacional Sierra Nevada.

El teleférico más alto y más largo del mundo lleva a la gente desde la ciudad hasta el Pico Espejo, ubicado a 4.765 metros de altura. En estos momentos no está funcionando, pero se puede hacer el recorrido en un jeep.

Los montañistas avanzados pueden escalar cumbres como la del Bolívar, la más alta de Venezuela, de 5.007 metros.

Se puede disfrutar además de parapentes, aladeltismo, ciclismo de montaña y rafting.

PLAYAS
Aunque los que prefieren el mar en vez de la selva y la montaña, sobran las playas. Se puede ir en avión a Los Roques, un archipiélago de pequeñas islas que ofrecen playas desiertas de arena blanca y numerosos arrecifes de coral ideales para el buceo.

Situado a 150 kilómetros de tierra firme, Los Roques es un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza.

Cuenta con 280 especies de peces que nadan alrededor de los buzos en aguas cristalinas y abundan numerosas especies de aves.