Disturbios culturales

Trece muy relevantes e influyentes pensadores actuales –y globales– fueron entrevistados para este libro que hace poco editaron dos académicos chilenos residentes en el extranjero. Antropología, sociología, filosofía, literatura, teoría del arte y economía se cruzan para reflexionar sobre la cultura en el convulsivo y mediático mundo de hoy.




Paula 1109. Sábado 24 de noviembre 2012.

Trece muy relevantes e influyentes pensadores actuales –y globales– fueron entrevistados para este libro que hace poco editaron dos académicos chilenos residentes en el extranjero. Antropología, sociología, filosofía, literatura, teoría del arte y economía se cruzan para reflexionar sobre la cultura en el convulsivo y mediático mundo de hoy.

Que el arte se encuentra con los biológico y la política con los afectos, al menos según piensan y proponen Luc Boltanski y Sarah Franklin, respectivamente, son el tipo de nociones de las que se habla y discute en este libro de largas conversaciones con una serie de profesores brillantes de Europa y Estados Unidos. Brian Massumi (comunicaciones), Boris Groys (filosofía, arte y medios), Bernard Stiegler (arte, innovación y estudios culturales) y Luc Boltanski (sociología y política) son nombres gigantes en el trabajo académico contemporáneo y aquí se refieren a asuntos como memoria, innovación, poder, amor o justicia. Es cierto que su lenguaje es altamente específico y conceptual, pero vale la pena recorrer estos nuevos campos de pensamiento vivo que forman un tejido crítico lejano a la retórica, bien apegado a las vibraciones –evidentes y subterráneas– que impulsan la vida cultural en el territorio abierto del mundo actual.

Estudios y disturbios

Según Lucía Vodanovic, Disturbios culturales (Ediciones Universidad Diego Portales) es un texto fundamental para los Estudios Culturales, la disciplina que nació en Inglaterra en la década de 1960 y que se dedica a repensar los valores que imperan o caducan en la sociedad en ámbitos tan diversos como la tecnología, los mercados, el arte, la política, con mayor soltura y dinamismo que la sociología o la filosofía, por ejemplo. "Hoy se mantiene ese interés por proveer definiciones alternativas de la cultura y revelar las estructuras de poder y de otro tipo que les dan forma", explica la académica.

Dicen los editores

-José Ossandón, investigador y profesor en Copenhague, Dinamarca: "Las entrevistas del libro ayudan a pensar en asuntos actuales. Por ejemplo, Scott Lash discute cómo cambia la forma de pensar el capitalismo después del desarrollo de China, que no solo no es un país democrático, sino que se sustenta sobre un tipo de propiedad muy diferente; Groys se pregunta cómo funciona la memoria cultural, la capacidad de recordar, en un contexto en que hay cada vez menos archivos públicos, mientras prolifera un sistema distribuido de memoria (google, etc); Sarah Franklin, una antropóloga que ha estudiado la fertilización in vitro y la clonación, muestra que la ciencia, como práctica, se enfrenta todo el tiempo a preguntas éticas y a su propio desconocimiento".

-Lucía Vodanovic, profesor en Goldsmiths College, Londres: "Este es un momento súper interesante en el trabajo intelectual; es cierto que las universidades tienen cada vez menos recursos, pero a la vez hay mucho dinamismo y cruces de conocimiento: el arte, la política, la industria, el mercado, el activismo, lo urbano, etc. La típica imagen de lo académico como un circuito cerrado con un lenguaje raro me parece muy alejado de la realidad".

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