Una cuentista que promete

La escritora Romina Reyes (25) publica su primer libro, Reinos, ganador del premio a los mejores cuentos inéditos 2013 del Fondo del Libro. Seis relatos para descubrir vidas rabiosamente actuales, en una normalidad cargada de miedo y violencia.




Paula 1149. Sábado 07 de junio de 2014.

La escritora Romina Reyes (25) publica su primer libro, Reinos, ganador del premio a los mejores cuentos inéditos 2013 del Fondo del Libro. Seis relatos para descubrir vidas rabiosamente actuales, en una normalidad cargada de miedo y violencia.

Deben tener unos veinte años, y viven al día, con relaciones extrañas en las que la amistad da paso a la desconfianza y la ternura lleva a los mordiscos y los golpes; se aburren, se buscan, se pierden y ahí quedan, sin hacerse muchas ilusiones: "A veces me parece respetable conformarse. Debe ser desgastante vivir pensando que hay que esperar algo, como si la vida estuviera en otra parte", dice al terminar uno de los personajes. No, los jóvenes de Reinos (Montacerdos) saben muy bien que la vida no está allá fuera y que hay que enfrentar lo que les toca, por cruel, absurdo o deprimente que sea.

Los cuentos de Romina Reyes seducen tanto por la fidelidad a los pulsos vitales, como por la ambigüedad que descubren.

Romina Reyes narra desde el punto de vista de un pololo descreído, de un pretendiente sexualmente perdido, de un hijo indolente, de una chica que no comprende bien nada. Son jóvenes que se vuelven adultos por obligación y a quienes resignarse tampoco les sirve para movilizar sus estrategias de vida. Conscientes hasta el pavor, avanzan por el hilo de la perplejidad y del humor negro, del deseo y de la rutina. Son voces reconocibles, que todo el tiempo palpan su cuerpo y que, a pesar de estar descolocadas nunca parecen extrañas a los ambientes que las rodean: una fiesta pésima, un departamento de los bloques de Macul, una cama desordenada ante la tele prendida.

Escritos con precisión formal y control visceral, los cuentos de Romina Reyes seducen tanto por la fidelidad a los pulsos vitales como por la ambigüedad que descubren. Se le traspasa al lector la experiencia de tener, aquí y ahora, esos veintitantos años, esa vida por delante que no significa mucho, pero que es la vida al fin y al cabo, y bien vale vivirla a concho. Una escritora para tener en cuenta y seguir leyendo.

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