Cómo elegir el mejor cubrecamas para la primavera

Cómo elegir el mejor cubrecamas para la primavera

Para no tener sudorosas pesadillas —pero tampoco amanecer entumecido— hay que saber elegir el material, el relleno y la confección del cobertor bajo el cual dormiremos estos meses. Aquí una completa guía para preparar tu cama hacia los meses que vienen.




La forma en la que vistes tu cama depende netamente de tu gusto y tus necesidades. Estas últimas no van a ser las mismas en tiempos de primavera y verano que en los fríos meses de otoño o invierno.

Antes de elegir un plumón o cobertor para tu cama, hay que considerar varias cosas, no solo la apariencia y el precio. Son factores que luego determinarán la calidad de tu sueño: si dormirás cómodo, con calor o entumecido, liviano o con mucho peso. ¿Cuáles son esos aspectos? Los resumimos en ocho características, que serán muy útiles para tomar la mejor decisión. Además, incluimos algunos consejos de mantenimiento.

1. Tipos de cubrecamas

El cubrecama, como lo dice su nombre, es la última capa de abrigo. Hay distintos tipos, los que varían según la cantidad de calor queramos guardar mientras dormimos, y que se diferencian por su relleno, material, alcochado o técnica de confección. Los más comunes son los siguientes:

a) Cobertor

Este es uno de los formatos más tradicionales, ideal para cuando las noches no son tan frías. Consiste en una sola pieza, casi siempre de algodón o poliéster —aunque últimamente hay muchos de microfibra—, que entrega un abrigo moderado y mucha “transpirabilidad”: eso quiere decir que hay un intercambio de calor entre el interior y el exterior de la cama. Normalmente tienen tejidos con diferentes diseños, los que pueden darle mayor carácter a la habitación.

Cubrecama Form Makala 2 plazas (microfibra/poliéster)


b) Quilt

El quilt es un intermedio entre un cubrecamas tradicional y un plumón, ya que tiene relleno pero muy ligero. Es un tipo de cobertor compuesto por tres capas: dos de tela con otra al medio, cosidas juntas, a menudo con un diseño decorativo. Es muy recomendable para la primavera y el verano, en lugares donde las noches no son tan frías pero igual requieren de cierto abrigo para dormir bien.

Quilt Marsella 2 plazas (microfibra/algodón)


c) Plumón

Conocidos también como funda nórdica, estos cubrecamas están rellenos de plumas animales o sintéticas. Para el invierno es un gran aliado, puesto que es uno de los mejores formatos para retener el calor. Pero en meses más cálidos también es útil: se puede usar sin frazadas ni sábanas intermedias, lo que además reduce la complejidad al hacer la cama. Para protegerlo o para cambiar su estética, conviene ponerle una funda.

Los rellenos con pluma natural —de pato o de ganso— suelen guardar mejor la temperatura y resultan más cálidos durante las noches frías. Pero también son más caros, menos sustentables y poco compatibles con el bienestar animal. Las versiones sintéticas, a pesar de no ser igual de eficientes, cada vez se acercan más a ese rendimiento.

Plumón cálido Ikea Fjällarnika (relleno de plumas de pecho de pato) 240x220 cm


d) Colcha

Cuando hablamos de colcha, nos referimos a una cubierta de tela decorativa que no toca el suelo y normalmente no cubre las almohadas. Son un complemento de la cama, casi siempre se usan a los pies de ella, y aunque su principal aporte es decorativo, también añaden un abrigo extra. Puede ser útil para aquellas zonas donde la oscilación térmica es alta, y a pesar de tener días cálidos, las noches igualmente son frías.


2. El material

Este es quizá el punto más importante al momento de la elección de un cubrecama primaveral/veraniego, puesto a que existen diferentes opciones en el mercado, todas con distintos rendimientos en cuanto a la temperatura.

Algodón

Se trata de un textil conocido por ser suave y cómodo. Es una fibra muy transpirable e hipoalergénica, por lo tanto resulta compatible con personas que sufren de alergias, especialmente en primavera, época de brotes y polinización. Esta tela tiene la particularidad de ser fresca para el verano, pero no consigue abrigar tanto cuando las temperaturas están más bajas.

Lino

Es una fibra natural, sedosa y exclusiva por su tratamiento. Se trata de un material respetuoso con el medio ambiente, ya que su cultivo requiere poca agua y ningún abono químico. Es ultra resistente y requiere cinco veces menos pesticidas para producirlo que el algodón. También es hipoalergénico y suele indicarse a personas con pieles sensibles o problemas dermatológicos. Uno de sus atributos positivos es que es difícil que deje pelusas y no se deforma: a medida que se lava, se vuelve más y más suave, sin dañarse. Es fácil de cuidar, resistente a manchas y compatible con lavados en lavadora.

Como material de cubrecama es ideal para la temporada calurosa, puesto que su transpirabilidad es muy alta y resulta mucho más fresco como abrigo. ¿El problema? Es bien caro.

Bambú

Esta es otra popular fibra natural, que ha agarrado mucha fuerza últimamente en cuanto a materialidad de ropa de cama. Es antibacteriano y antimicótico, por lo que es poco probable que el textil agarre mal olor o genere alguna reacción negativa en la piel.

Respecto a su transpirabilidad, el bambú absorbe la humedad, por lo que ayuda a mantener la frescura, que es bienvenida cuando estamos en periodos de altas temperaturas como verano. También tiene un efecto aislante por su composición química, por lo que igual consigue mantener algo de calor y entregar abrigo.

Microfibra

Este material sintético ofrece suavidad, durabilidad y transpirabilidad a un precio mucho más económico. Es hipoalergénico y de secado rápido, por lo que se pueden lavar seguido sin necesidad de pasarlo por la secadora o miedo a tenerlo dos días en el tendedero. Al ser un material sintético, presenta un tejido más apretado que el algodón o la ropa de cama estándar. El hilado suele estar compuesto por poliéster, nailon, acrílico o celulosa.

Respecto a su transpirabilidad, esta es alta: si bien permite que el aire pase a través de sus hilos unidos, no permite que la humedad haga lo mismo, de manera que te mantiene caliente, seco y relativamente libre de sudor durante toda la noche.

3. Tipo de relleno

Como hemos visto, muchos cubrecamas tienen algún relleno entre sus capas. Debes tener en cuenta que mientras más tullido sea este relleno, más cálido resultará.

Naturales

Para la primavera y el verano, lo recomendable es tener rellenos naturales como el algodón, que es una fibra transpirable y que permite el intercambio de temperaturas. Los rellenos con lana, en cambio, retienen más el calor y son más aconsejables para temporadas frías, pero con calor pueden provocar algunas pesadillas.

Sintéticos

Cuando hablamos de rellenos sintéticos, nos referimos a materiales como el poliéster o la microfibra, fibras que permiten que los edredones sean livianos, lavables y resistentes. Estos rellenos son versátiles, ya que son compatibles tanto para climas templados como fríos. Eso sí, como no absorben la humedad, pueden hacerte sudar de más si las noches son cálidas.

Plumas

Los cobertores rellenos de plumas son ideales para guardar el calor. Son ligeros y, dependiendo del tipo de pluma, pueden tener mayor o menor capacidad de absorción de la humedad. No requieren de una complicada mantención, pero sí deben ser ventilados al menos una vez por semana. Otro atributo a favor es que poseen una alta durabilidad y es muy difícil que pierdan su forma original.

Uno de los más comunes son los rellenos con pluma de ganso o pato, puesto a que tienen un excelente aislamiento térmico y muy poco peso. Sin embargo, no son compatibles con personas alérgicas. Para estos casos, se sugiere optar por plumas sintéticas, que si bien tienen una buena aislación, es menor en relación a la pluma animal.

4. Diseños y color

¿Encontraste el cubrecama que tiene el material, el relleno y la transpirabilidad que buscas pero es feísimo? Gran dilema. No es muy estimulante dormir cómodo y en buenas condiciones pero con algo que no combine para nada con tu pieza. Peor aún es comprar algo solo porque es lindo y por las noches pasar frío, calor o incomodidad. Lo primero se puede arreglar con una buena funda. Lo segundo, en cambio, no tiene mucha solución.

Hay quienes prefieren colores opacos y neutros para mantener la vibra del descanso. Otros, se atreven con estampados o colores más fuertes, porque les gusta que este espacio se vea un poco más vivo. Aquí no hay respuestas correctas y depende netamente de tu gusto o de lo que te gustaría lograr en tu habitación.

En cuanto a colorimetría, aquellas tonalidades pastel y más pálidas, como los tonos terrosos verdes y azules claros, aportan relajación y tranquilidad. Debes tener en cuenta que el rol que le quieres dar al cubrecamas, puesto a que puede resaltar y ser la estrella o bien camuflarse con los demás textiles de la habitación, como cortinas, cojines y alfombras.

5. Cuándo comprar

Puedes comprar por necesidad o esperar a encontrar el mejor precio. Los cobertores y plumones se reemplazan con menos frecuencia que las sábanas o las almohadas. Si bien no hay un marco de tiempo exacto, según Good Housekipping, sitio especializado en temas sobre el hogar, uno bueno debería durar al menos 10 años. Cuanto mejor lo cuides, más durará. Para prolongar su vida, se sugiere cubrirlo con fundas e ir alternando su uso.

Si quieres comprar en oferta, debes estar alerta para un próximo evento masivo de descuento, como los Cyber Days. Prontamente habrá uno en octubre, por lo que sería bueno monitorear opciones y revisen los precios durante estas semanas. Los cambios de temporada, como este, también son buenos momentos para aprovechar rebajas.

6. Cómo cuidarlos

Antes de comprar un cubrecama debes fijarte en la etiqueta de información sobre el producto, donde se suele incluir los datos sobre cómo lavarlo y tratarlo. Lo óptimo es inclinarse por opciones que tengan un lavado fácil; es decir, que pueda lavarse a máquina y tenga secado rápido.

Por el contrario, cuando escoges plumones que solo se pueden limpiar en seco, la cosa se complica, ya que sí o sí debes llevarlo a una tintorería y desembolsar dinero para que lo laven.

Los cobertores de microfibra son los que llevan la delantera en este punto, ya que son fáciles de lavar a máquina y las manchas son más fáciles de sacar usando un buen desinfectante focalizado. Además se secan rápidamente, por lo que si los lavas en la mañana ya en la noche podrías estar usándolo nuevamente.

¿Cada cuánto tiempo hay que lavarlos?

Depende de la materialidad y el uso del producto. Si usas una funda, puede que no haga falta lavarlo más de una vez al año. Pero si vives con guaguas o niños pequeños, que suelen derramar todo tipo de líquidos —alimenticios o corporales—, entonces tendrás que asearlo más seguido.

Al menos un par de veces al año conviene lavar los cubrecamas.

Existe, eso sí, márgenes más o menos establecidos. Por ejemplo, un plumón de plumas naturales, además de ser ventilado cada dos o tres semanas, también debe ser lavado cada seis meses, incluso si usas una funda. Si no la usas, entonces lo ideal es que se lave cada dos o tres meses, lo mismo que un cobertor de microfibra, uno de algodón o uno de lino. Esta frecuencia, más que con las manchas, es recomendable para eliminar las bacterias, ácaros, polvo y fluidos corporales, además de olores, que se acumulan en su uso.

¿Cómo se lava?

En lavadora, a menos que la etiqueta diga lo contrario. Lo que sí hay que evaluar antes es si el cubrecama entrará en tu lavadora o no. Si es más grande que la capacidad de tu máquina, mejor que lavarlo en la tina será llevarlo a una lavandería.

Si no quieres sacar el cubrecama para saber si cabe o no en tu lavadora, acá dejamos algunas referencias:

  • Un cobertor de niño (o de una plaza) podría lavarse en una lavadora que soporte 7 Kg.
  • Si es de una cama matrimonial (de dos plazas o queen), necesitarás que tu lavadora tenga una capacidad entre 9 y 12 kg.
  • Para un cobertores tamaño king necesitarás mínimo una que soporte hasta 20 kg.
  • (Para saber el peso del edredón, debes investigar la ficha del producto).

Un consejo que llevan en práctica en varias lavanderías, sobre todo para plumones, es introducir 3 o 4 pelotas de tenis envueltas en calcetines. De esta forma, el cobertor no se deformará. La idea es que uses el programa que regularmente utilices y un lavado de agua fría. No se deben utilizar productos químicos fuertes, de manera de no interferir en la integridad del relleno.

7. ¿No lo estás ocupando? Almacénalo

Entre temporada y temporada es común (y recomendable) cambiar el cubrecama. Cuando quieras retirar el que estás usando, asegúrate de que quede bien guardado y sellado. De esta forma evitas que se llene de polvo y ácaros cuando esté en tu bodega o closet, como también de humedad. El método más recomendable es el de las bolsas al vacío, ya que impiden que ingresen elementos extra y además reducen el tamaño al mínimo.

Bolsas al vacío para guardado de ropa y plumones (5 unidades)


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 22 de septiembre de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar

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