Hay quienes llevan años viajando en avión, también están los que por primera vez pasarán por esta experiencia. Pero en general y sea quien sea la persona, la situación a la que todos se enfrentarán será la misma: paciencia, mucha paciencia. Para los viajes transoceánicos de horas y asientos poco cómodos esta virtud es imprescindible. No basta con el viaje al aeropuerto, las largas colas para hacer el check-in y el paseo interminable en el aeropuerto para encontrar la puerta de embarque, sin mencionar el miedo latente de perder el vuelo si te encuentras atrasado.

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Cada ser humano tiene una diversidad de costumbres. Francamente, si no es el prójimo el que producirá incomodidad en el resto de los tripulantes, probablemente serás tú; con tu característica manera de hacer ruidos mientras comes o con lo relajado que eres en el uso de espacio personal. Tu retoño hiperactivo patea-asientos también es tu responsabilidad. Empatía, se requiere empatía.

Por esto mismo y por una infinidad de temas más, te mostramos algunos consejos para que el viaje sea un agrado para todos, incluso para los asistentes de vuelo, que lo único que quieren es hacer bien su trabajo.

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Imagen: Getty.[/caption]

Ponte alerta y obedece las reglas

Mantén tu asiento derecho durante el despegue, el aterrizaje y abróchate el cinturón de seguridad. No seguir estas órdenes básicas supondrán más trabajo para los auxiliares.

Contribuye a mantener un ambiente de respeto. Ante cualquier eventualidad es bueno tener presente las maniobras de emergencia, así que alerta.

Sé considerado con el resto

La amabilidad siempre es bienvenida, contribuye siempre a generar una atmósfera agradable. Al embarcar y al desembarcar, sé considerado con las personas que están en la misma posición que tú. Ten cuidado al poner tu equipaje de mano en los compartimentos superiores, y si alcanza el espacio, dispone tu maleta en vertical, así se optimizará el espacio para que otros alcancen. Si eres fortachón o fortachona, también puedes ayudar al resto.

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Ser sociable no siempre es bienvenido

Si eres de esas personas que se entusiasman fácilmente con la interacción humana, inclusive con desconocidos, debes tener precaución. Hay quienes son más introvertidos o, simplemente, no quieren gastar energía en conversar. Pon atención al contacto visual y a los códigos sociales.

Ojo con el apoyabrazos

Si no tienes la suerte de viajar en clase económica, probablemente tendrás que conformarte con mantener tu cuerpo en un espacio disminuido. Si te tocó sentarte al medio de una corrida de tres asientos, estás de suerte; podrás gozar de la comodidad de apoyar ambos brazos. Ahora, si estás en alguno de los extremos, trata de no enfrascarte en una lucha por quién se quedará con ambas extremidades en reposo.

Evita llevar comida aromática

Esa fajita con ingredientes exóticos que compraste minutos antes de embarcar puede ser muy rica, en eso todos estamos de acuerdo. Pero otra cosa muy diferente es el olor que puede emitir. Si eres de esas personas que suele hacer ruidos al comer, trata de no llevar snacks crujientes, por ejemplo, para no molestar a los misofónicos.

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Advierte a tus hijos antes del vuelo

Cuando un niño se encuentra en sus primeros años de vida, es natural que sea inquieto y curioso. Probablemente no tendrá consciencia de su actuar y sus gritos, llantos, pataleos pueden producir incomodidad en el resto. Aún así, no está de más advertirles, o por lo menos intentarlo. Para un viaje largo, procura que gasten toda su energía antes de subirse al avión, así dormirán y se evitarán molestias.

Recoge tu basura

Puede sonar obvio, pero nunca está de más tenerlo en consideración. La basura extra en el avión puede retrasar el próximo vuelo de otros; el aseo podría tardar más tiempo.

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Desembarca tranquilamente

Eventualmente el avión aterrizará y más de alguno sentirá la urgencia de pararse rápido. Tenemos noticias: te pares rápido o no, no cambiará las cosas. El orden de los factores no altera el producto, así que ten paciencia y espera el turno de quienes están más adelante tuyo.

Bonus: no aplaudas al aterrizar

No estás en presencia de una obra de teatro, quizás puedas ir a una después de salir del aeropuerto. Una razón suficiente para no hacerlo es que que a los pilotos no les gusta.