Otra querella más contra los controladores de Factop: ya suman más de diez

Factop

"Existen también muchas triangulaciones de documentos factorizados entre empresas que están íntimamente ligadas con sus mismos socios y que sin duda son facturas falsa”, afirma el texto legal presentado esta semana.


Más de 10 querellas suma la arista penal del caso Factop, factoring controlado por los hermanos Ariel y Daniel Sauer, así como por Rodrigo Topelberg. Éste último se querelló en contra de sus socios por administración desleal, entre otros delitos, a lo que se han sumado acciones civiles y penales de parte de una serie de actores del mercado e inversionistas, ante deudas impagas por US$45 millones, a lo que se suma la suspensión definitiva de STF Capital Corredores de Bolsa y la investigación en contra de la corredora de la bolsa de productos del grupo por parte de la CMF.

A las acciones judiciales impuestas, esta se semana se sumó la décima querella, presentada por José Manuel Prida en contra de Alberto Sauer Rosenwasser (padre de Daniel y Ariel), Daniel Sauer Adlerstein, Ariel Sauer Adlerstein , Rodrigo Topelberg Kleinkopf, “y contra todos aquellos que resulten responsables durante la investigación, en razón de una serie de hechos ilícitos cometidos en perjuicio de mi persona, los que de acuerdo a los antecedentes con que contamos, podrían ser constitutivos de los delitos de Estafa”.

En el documento, se detalla que “con ocasión de mi trabajo y a través de amigos en común, el año 1997 conocí al querellado Alberto Sauer, con quien, con el tiempo, forjamos una amistad. Formamos un grupo de amigos que nos juntábamos habitualmente a compartir”, reuniones en las que Alberto Sauer Rosenwasser, con el tiempo, “nos invitó a invertir en Factop, negocio familiar de las familias Sauer y Topelberg. Insistió en que se trataba de una muy buena oportunidad de negocios”.

En ese contexto, indicó el querellado que tras la venta de un departamento por $500 millones, Alberto Sauer le “señaló que los dineros provenientes de esa venta, podían ser invertidos en su empresa familiar, Factop, y que se le entregaría una rentabilidad de 1% mensual”.

Sin embargo, en junio de este año, el querellado debía comprar $31 millones en dólares para un viaje a EEUU, ante lo cual “Alberto Sauer y sus hijos también querellados, quienes le indicaron que ellos le podían realizar la compra de los dólares. Para ello, depositamos los mencionados dineros en la cuenta de Factop Spa del Banco Santander”. No obstante , “ese dinero sencillamente desapareció, siendo apropiado por los imputados”.

Ante el hecho, el texto de la querella sostiene que “resulta particularmente evidente el fin defraudatorio toda vez que incluso esta no se trata de una inversión sino que sencillamente de una compra de divisas que no se hizo, quedándose ellos con los $31.000.000″, y que “en el mes de abril de este año, y cuando los imputados conocían ya la situación en que se encontraban, Alberto Sauer, abusando de la amistad y confianza que se tenían, le pidió a José Manuel Prida que le transfiriera a su hermana Clarita Sauer, que vive en California, US$ 3.170, cosa que volvió a pedirle en el mes de mayo. Manuel, confiando en su amigo, realizó la referida transferencia. Como era de esperar, esto también consistía en una maniobra para defraudar pues jamás existió la intención de devolver esos dineros”.

“Desde el mismo minuto en que Alberto Sauer le pidió a José Manuel Prida este “favor”, sabía que jamás haría la devolución de esos dineros pues ya conocían la situación en que se encontraban, manteniéndola oculta, incluso de sus amigos más cercanos, para continuar sacándoles dinero. En total, los perjuicios sufridos por mi representado a propósito de los hechos que se han referido asciende a $500.000.000.- más USD 45.340, más $10.000.000 correspondiente a la inversión de julio y agosto del presente año”, dice el documento.

Por ello, la querella sostiene que “estas fueron maniobras destinadas a defraudar”, y que “las distintas explicaciones y promesas de solucionar esta situación que todos los días se reciben de los querellados y que jamás se han cumplido”.

Junto con ello, el texto apunta a que el mismo Daniel Sauer “lo reconoció en una entrevista en el Diario Financiero al señalar que habían adelantado muchas facturas falsas y que incluso conocían la falsedad de esos instrumentos. Por otra parte, existen también muchas triangulaciones de documentos factorizados entre empresas que están íntimamente ligadas con sus mismos socios y que sin duda son facturas falsa”.

Al respecto, la querella detalla que Inversiones Ensenada Spa, “ligada a una persona de nombre Álvaro Jalaff, aparece recibiendo facturas de Inversiones DAS Ltda, ligada a Daniel y Ariel Sauer y a Rodrigo Topelberg, las que fueron factorizadas en Factop, de propiedad de los mismos Ariel y Daniel Sauer y Rodrigo Topelberg y jamás pagadas por ellos al factoring, generando seguramente cuentas por cobrar que jamás serían pagadas”.

Al mismo tiempo, apunta a Inversiones Guayasamín Spa, sociedad que “aparece recibiendo facturas por compra de ropa a la sociedad Comercial Textil Ziko, de propiedad de Daniel y Ariel Sauer así como de Rodrigo Topelberg. Pues bien, esas facturas fueron descontadas en el factoring Factop, de propiedad de los mismos Daniel y Ariel Sauer y Rodrigo Topelberg y jamás pagadas por ellos al factoring. Esta misma sociedad, Guayasamín, aparece como emisor de una enorme cantidad de facturas por más de $380.000.000″.

Por último, la querella apunta a Inversiones Nevada S.A., ligada a Álvaro Jalaff, “quién tiene un cercano vínculo con Sauer y Topelberg también aparece recibiendo facturas de “Inversiones Das Ltda”, las que luego fueron descontadas en Factop y que nunca se pagaron”.

En concreto, la querella afirma que “tenemos antecedentes fidedignos que nos permiten afirmar que la emisión de cientos de facturas, por montos enormes de dinero, son completamente falsas desde el punto de vista ideológico y que únicamente se crearon con el objeto de ser descontadas en el factoring de las familias Sauer y Topelberg. De acuerdo a la información que se nos ha dado, se contaría con antecedentes en los que aparecen como beneficiados por estas operaciones, pues fueron destinatarios de pagos por adelanto de facturas, los hermanos Álvaro y Antonio Jalaff, a través de las sociedades Inversiones Ensenada Spa, Inversiones Nevada, Inversiones e Inmobiliaria Pucón, entre otras”.

Jorge Bofill, abogado de Álvaro Jalaff, señaló que aún se encuentran analizando el alcance de la estafa de la cual ha sido víctima para decidir qué acciones se llevarán adelante. Y que en paralelo están en proceso de pagar directamente a quienes adquirieron facturas recibidas por sus sociedades, facturas de las que no tenía conocimiento.

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