Thom Yorke y su último vínculo con Chile: cómo fue la colaboración del líder de Radiohead con dos directores nacionales

Una imagen del videoclip estrenado hoy

Cristóbal León y Joaquín Cociña, una de las duplas más alabadas e inventivas del cine chileno reciente, son los autores del videoclip de la nueva canción de The Smile, el proyecto paralelo que el músico británico formó con su viejo amigo Jonny Greenwood y el baterista Tom Skinner. En conversación con Culto, los cineastas comparten la trastienda del proceso y cuentan cómo la pieza se concretó tras no prosperar una colaboración con Radiohead. “Pocas veces los músicos tienen ideas tan estéticas y maduras audiovisualmente”, dicen.


La última vez que se supo que Thom Yorke y Jonny Greenwood estuvieron en territorio chileno fue en abril de 2018. Ante un Estadio Nacional repleto, Radiohead, la banda madre de ambos, defendió con contundencia su más reciente disco (A Moon shaped pool, 2016), completando el tercer show de la agrupación británica en el país.

Por ahora no hay pistas de que el conjunto vuelva a Sudamérica en el corto plazo, pero de alguna manera las figuras de dos de sus principales integrantes aparecieron en Providencia a fines del año pasado. Bajo total hermetismo, sin que ningún seguidor del grupo se enterara –aparte de ellos mismos, fanáticos declarados de los autores de No surprises–, Cristóbal León (1980) y Joaquín Cociña (1980) se ocuparon de un trabajo muy específico: recrear con diversos materiales las cabezas de Yorke y Greenwood, a pesar de la distancia física con ambos y de lo singular de la tarea.

The Smile. Foto: ALEX LAKE

Los cineastas y artistas visuales, conocidos por sus experimentales trabajos de animación (La casa lobo, Los huesos), habían recibido en noviembre de 2021 el encargo de crear el videoclip para Thin thing, de The Smile, el proyecto paralelo que la dupla de Radiohead fundó hace un año con el baterista Tom Skinner (Sons of Kemet), y que este viernes 13 lanza su primer álbum, A light for attracting attention.

Originalmente nos contactaron para hacer una pequeña colaboración para Radiohead después de que vieron La casa lobo. No funcionó por temas de agenda, pero cuando vieron Los huesos volvieron a contactarnos, esta vez para hacer algo con The Smile”, detalla León a Culto.

Lo que vino tras esa conversación fue estudiar al single en cuestión, para después coordinar una serie de reuniones virtuales y compartir correos con los músicos. “Escuchando la música nos imaginamos una masa frenética que arrastra máquinas, plantas, árboles y pedazos de cuerpos humanos. Luego Thom Yorke nos contó que la canción había nacido a partir de un sueño en que, si mal no recuerdo, en un bosque un conejo le cantaba la melodía más hermosa del mundo”, agrega.

En las grabaciones del videoclip. Foto: Sebastián Utreras

Los conceptos de ambas partes empalmaron bien y el resultado final es fiel reflejo de las inquietudes de músicos y directores. Realizada en animación stop motion y blanco y negro (celuloide en 16 milímetros), la pieza experimental imagina una habitación en que los objetos se transforman, destruyen y nacen a paso arrollador: una oficina, un computador humeando, un bosque, brazos humanos, velas naciendo de palmas, hasta que a la mitad, en un juego incluso más perturbador que lo anterior, irrumpen las cabezas de Thom Yorke, Jonny Greenwood y Tom Skinner, creadas por Melissa Luengo, la misma artista que hizo los cuerpos de Los huesos, el premiado cortometraje en que imaginaron un ritual en que reviven Diego Portales y Jaime Guzmán. Esta vez, explican, “la creación de las cabezas fue totalmente ‘free-hand’, usando como referencia fotos de los integrantes”.

Si luce similar a los trabajos previos de León y Cociña, se explica por la persistencia creativa del dúo pero también por la apertura de los miembros de The Smile. “Nuestro mayor intercambio creativo fue con Thom Yorke y Tom Skinner, Tuvimos un par de reuniones e intercambiamos ideas. Ellos dieron las suyas pero fueron muy respetuosos de nuestro proceso creativo. Creo que es una constante que los buenos artistas confían mucho en otros artistas”, apunta León. Él mismo reconoce: “Diría que en este caso, porque corríamos un poco contra el tiempo, echamos mano de algunas cosas que habíamos desarrollado para trabajos anteriores, especialmente Los Andes (2013) y Los huesos”.

Al ver el entusiasmo de ambos por la canción, el propio Yorke les sugirió elaborar el videoclip en base a la pista de batería de Thin thing. “Encontramos que era una muy bella idea, pues pocas veces los músicos tienen ideas tan estéticas y maduras audiovisualmente. Luego de eso simplemente les fuimos mandando avances para que supieran en qué estábamos”, cuenta Cociña.

Imagen del videoclip

Bajo la producción de Diluvio –la compañía que lideran junto a Niles Atallah– y Pista B (Tiempos mozos), el videoclip se ejecutó y completó íntegramente en Chile. Se grabó en Providencia, en la misma habitación en que trabajaron Los huesos, y contó con los colaboradores habituales de la pareja de artistas. “Es 100% made in Chile”, resume Cociña sobre un proceso que finalizaron la semana pasada, justo a tiempo para el lanzamiento programado para la mañana de hoy.

El lienzo del videoclip

En paralelo a su trayectoria en el cine y las artes visuales, Cociña y León ya habían trabajado en videoclips de Camila Moreno, así como en otros de Diego Lorenzini y Boraj. Ambos se definen como herederos de la inventiva que dominó el canal MTV durante fines de los 90 y comienzos de los 2000. De hecho, el primero cita el video de Paranoid android, de Radiohead, como un “momento de cambio en muchas dimensiones”.

“Una de las cosas más bellas del formato es que se resuelve muy en la superficie. Uno puede tener muchas ideas, pero es muy evidente de manera instintiva cuando algo está bien y cuando no. Además, el formato es por antonomasia muy experimental, es ideal para probar cosas. El camino convencional en general produce videoclips muy poco interesantes”, plantea Cociña.

Los directores en el set. Foto: Sebastián Utreras

León añade: “El aprendizaje en el arte es siempre difícil de sintetizar, es un aprendizaje más bien inconsciente. Pero yo diría que la gran diferencia en este caso (Thin thing) fue que pensamos la narrativa del video desde la música y el ritmo, que es algo que no habíamos hecho tan conscientemente”.

Fortuito o no, la colección de piezas audiovisuales que antes había liberado The Smile –firmadas por otros directores– comparte semejanzas con la obra que los realizadores nacionales terminaron creando. “Yo, al menos, los revisé bastante avanzado el proceso. Me fijé que todos los videos están hechos en celuloide y que utilizan mucho las fallas de este medio como recurso estético y entendí por qué nos habían llamado tras ver Los huesos”, cierra León.

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