"¡Una foto, Nacho! ¡El campeón de la revolución! ¡Siempre con el pueblo!", le grita un hincha de Universidad Católica a Ignacio Saavedra, en el estadio Municipal de Renca, hasta donde llegaron los cruzados para celebrar su estrella 14 junto a niños con discapacidad.

El volante cruzado sonríe al escuchar el llamado y se detiene para posar con los fanáticos que lo persiguen. Pese a su juventud (20), Saavedra es uno de los favoritos de la afición. Todos le celebran que una hora antes, cuando el plantel se tomó la foto oficial de campeón 2019, se tapara un ojo, en señal de protesta por las 241 personas que han sufrido heridas oculares desde el 18 de octubre (de acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Derechos Humanos).

Y claro, porque el Torneo Nacional vivió ayer la coronación de su rey. La UC alzó el trofeo que lo distingue como el mejor del año. En San Carlos de Apoquindo, aunque sin su gente, los estudiantiles levantaron la copa que marca el segundo bicampeonato de su historia, con una alegría contenida, por el contexto, aunque sin ocultar su satisfacción por el logro obtenido.

Los estudiantiles armaron su propia fiesta. Y aunque mesurado, el festejo emocionó a los jugadores. Bromas, distensión y risas rompieron el silencio de un estadio que esta vez no tuvo a sus hinchas gritando.

Quinteros, relajado

En la ceremonia de premiación, que duró un poco más de una hora y que no contó con la participación del presidente de la ANFP, Sebastián Moreno, se vio relajado a Gustavo Quinteros. El técnico evalúa su futuro y en Cruzados confían en que seguirá ligado al club. Los hinchas lo quieren y se lo hicieron sentir en Renca, donde fue tomado en andas. "¡Oh, el profe no se va!", le cantó la barra. El DT se emocionó. "Estoy feliz acá", dijo, dándole esperanza a una institución que celebra su mejor década deportiva.