Rafael Nadal sigue en su paso por el desierto norteamericano. Tuvo un encuentro complicadísimo ante Sebastian Korda, pero supo encontrar el camino cuando iba directo al principio, llevándose el partido por 6-2, 1-6 y 7-6(3). Así hizo gala de su tenis y de su nivel de lucha, logrando decir presente en la tercera ronda de Indian Wells, instancia en la que enfrentará a Daniel Evans.

Fue en un compromiso marcado por los altibajos. Uno en donde comenzó a un ritmo demoledor y lleno de confianza, en donde parecía imposible que la victoria se le escapara. En la primera manga mostró ese juego agresivo que lo llevó a conquistar su Grand Slam número 21, hundiendo en todo momento al joven estadounidense, quien no podía encontrar respuestas ni desde el fondo, ni desde la malla.

Pero en el segundo parcial todo cambió. Korda creció, ganando potencia y confianza. Juego a juego, complicaba más al manacorí quien ya no estaba tan lúcido ni seguro. Así, el hijo del verdugo de Marcelo Ríos en el Australian Open de 1998, se llevó la manga por 6-1. Inapelable.

Un shock de realidad que cambió las lógicas del partido. A Rafa le costó tomarle la mano a Korda en el tercer parcial, teniendo que remar desde atrás en todo ese tramo. A momentos parecía que era imposible que el español despertara del letargo, estando muy errático con su servicio y golpeando muy fuera de tiempo con su derecho. Korda por su parte llegó a estar 5-2 y servicio, pero no pudo cerrarlo. Y cuando Rafa huele el miedo, no perdona.

Y en ese momento final creció, como si jugar contra la pared le diese aire.Fue agresivo y valiente mientras remontaba. Certero y calculador en el tiebreak final. Así el sueño del norteamericano se rompió y la ilusión del español sigue creciendo. Ya anunció que no jugará el Miami Open, por lo que está claro que el español dejará todo para conquistar su cuarto Indian Wells. Por ahora sigue en la pelea. Su siguiente rival, Daniel Evans.

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