En la NFL hicieron una pequeña pausa en la previa del Super Bowl 58 para realizar la ceremonia anual de premiación a los mejores jugadores de la temporada. En la iniciativa llamada NFL Honors, se condecora al jugador más valioso del año; a los mejores novatos, tanto en ataque como en defensa; al mejor jugador ofensivo y defensivo de la campaña; al entrenador más destacado y al jugador con el regreso a la actividad más significativo.
El MVP
Como ya es tradicional de la antesala al Súper Tazón, la NFL realiza la entrega de sus premios para los más sobresalientes de la temporada. En una gala que contó con la presencia de diversos deportistas, entrenadores, asistentes técnicos y leyendas del fútbol americano, el Comisionado Roger Goodell, celebró la instancia en un salón atestado de reporteros.
El galardón más importante y esperado de la noche era el del MVP. Pese a que Brock Purdy era uno de los candidatos por haberse metido en la final, todo el mundo ya tenía a su claro favorito. Lamar Jackson, mariscal de campo de los Baltimore Ravens, lideró a su franquicia al mejor récord de toda la Conferencia Americana (13-4) y se metió en el partido previo al Super Bowl ante los Kansas City Chiefs.
A pesar de haber perdido el boleto para ir a la Las Vegas ante Patrick Mahomes, Jackson era el candidato más seguro para llevarse el título del “más valioso”. Con sus 3.678 yardas totales, 24 pases de anotación y sólo siete intercepciones, el Quarterback de los Cuervos aplastó a diversos aspirantes a la postemporada durante la campaña. Entre sus victorias más abultadas, destacan las palizas a los Cleveland Browns, Miami Dolphins, Detroit Lions y San Francisco 49ers, todos equipos de Playoffs, y en el caso de los dos últimos, los finalistas de la Conferencia Nacional.
Por estas credenciales, el jugador de 27 años consiguió el segundo MVP de su carrera, luego del conquistado en el curso 19/20. Además, a su corta edad ya es un nombre más que asegurado en el Salón de la Fama de la NFL.
Otros ganadores
Acompañando a la entrega del premio a Lamar Jackson, la NFL también honró a los mejores deportistas en otros apartados. Los novatos ofensivos y defensivos del año se los llevaron dos jugadores del mismo equipo. En ataque, el QB CJ Stroud brilló con los Houston Texans y los metió en la Ronda Divisional después de haber sido uno de los peores cuadros en los años anteriores. Su colega Will Anderson Jr., fue el puntal de la defensa texana y secundó a su mariscal de campo como vencedor del trofeo.
El título al mejor atacante fue para Christian McCaffrey de los 49ers. El corredor, que a día de hoy espera ganar el Super Bowl con San Francisco, tuvo una producción anotadora inédita para la posición en la que juega: 14 touchdowns, 272 acarreos y 1.459 yardas totales. En defensa, Myles Garrett de los Cleveland Browns sorprendió a los aficionados al ganarle la pulseada a TJ Watt, atleta que lideraba en casi todas las estadísticas y no terminó siendo elegido.
Además, el entrenador del año se lo llevó Kevin Stefanski, también de los Cleveland Browns. Su capacidad para sortear una temporada plagada de lesiones, que incluyó cuatro cambios de Quarterbacks titulares, le dieron los méritos necesarios para ser el ganador de este premio. Por último, el vencedor del jugador con el regreso más importante del año fue para otro del equipo del Estado de Ohio. Joe Flacco volvió del retiro ante las múltiples bajas que sufrieron los Browns, y llevó al elenco de los Dawgs a la postemporada.
Con esta gala que dejó grandes momentos, la NFL ahora se enfoca en el partido que definirá al campeón. Con el anillo del Super Bowl en la mira, los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers animarán el partido del año en Las Vegas.