Pozos del tamaño del Costanera Center y nuevos ductos: el plan para elevar la autonomía del sistema sanitario de la capital

Aguas Andinas comprometió obras por $35 mil millones para pasar de las actuales 34 a 48 horas de autonomía, en el llamado Plan Resiliencia. Pero las alternativas a futuro son bastante más jugadas, incluyendo, por ejemplo, la recirculación del agua que utilizan los santiaguinos.


En horas en que la disponibilidad de agua potable para la capital está en riesgo, los ojos se vuelcan sobre lo que están haciendo tanto la autoridad como la principal empresa sanitaria del país, Aguas Andinas, para asegurar la disponibilidad de agua potable para la capital.

Hoy, tras la construcción de seis megaestanques ubicados en Pirque -operativos desde febrero de 2020 y que costaron casi $80 mil millones- la autonomía del sistema alcanza las 34 horas. Con ello, en un evento de turbiedad del río Maipo -lo que suele ocurrir cuando llueve con calor, como en los últimos días- el sistema cuenta con reservas para abastecer a la población de la Región Metropolitana durante 34 horas sin tener que captar agua del río Maipo.

Pero si el evento de turbiedad supera ese umbral, como se teme por estas horas, entonces habría cortes de suministro. Sin esos nuevos estanques, la autonomía del sistema sería de 11 horas. El plan de inversiones desarrollado desde 2013 por Aguas Andinas ha permitido elevar las horas de autonomía del sistema desde 4 a 34.

Los eventos de turbiedad se están haciendo cada vez más frecuentes. Entre 1990 y 2007, Aguas Andinas reportó 6 eventos de turbiedad riesgosos, mientras que entre 2008 y 2013 fueron 16. Entre 2014 y 2019 ya se contabilizaban 28 eventos de este tipo.

“El fenómeno climático que estamos viviendo, denominado “río atmosférico”, es un evento inusual y extraordinario en la Región Metropolitana, derivado del cambio climático, el que nos sigue sorprendiendo con sus efectos cada vez más profundos”, informó esta mañana Aguas Andinas a Pulso.

Dada la mayor ocurrencia de estos episodios, la autoridad -la Superintendencia de Servicios Sanitarios, SISS- y Aguas Andinas han trabajado en diversas alternativas para aumentar las horas de autonomía, considerando no solo los eventos de turbiedad, sino también la baja en el nivel de lluvias en la zona central.

El próximo paso de la empresa es elevar a 48 las horas de autonomía. Para ello, dice Aguas Andinas, “estamos desarrollando dos proyectos: Los Pozos de Cerro Negro-Lo Mena que con 15 pozos que tiene, cada uno, una profundidad de 300 metros, equivalentes al tamaño de la torre del Costanera Center.

El proyecto contempla una inversión de $31 mil millones y va en directo beneficio de 400 mil habitantes de la zona sur de Santiago, específicamente, en las comunas de San Bernardo, La Pintana, Puente Alto y El Bosque y aumentará a 37 horas el respaldo hídrico de los Mega Estanques de Pirque”.

A ello se agrega el proyecto Manzano-Pirque, que consiste en una nueva captación en el río Maipo, que se espera esté operativa en 2024 y que costará $35 mil millones. “La nueva captación se ubicará 5,7 kilómetros aguas arriba desde la actual toma independiente, en el río Maipo, y permitirá́ contar con un abastecimiento alternativo y reforzado para nuestra planta de agua potable, Las Vizcachas, la cual representa 70% de la producción de agua superficial del Gran Santiago”, dice la compañía controlada por el grupo francés Suez.

La opción del reciclaje

Pero hay varias otras opciones, bastante más ambiciosas. Una de las que se ha evaluado es el reciclaje del agua, mediante la regeneración de las aguas tratadas en las biofactorías de Aguas Andinas y transportadas hacia los puntos de suministro. Esto forma parte de un plan de inversión de más de US$500 millones, que además de subsanar los problemas en eventos de turbiedad, busca enfrentar la escasez de agua debido a la sequía.

Lo que sí se desechó fue la construcción de un nuevo embalse, denominado, Coyanco y su conducción hasta el estanque Pirque, que costaría US$238 millones. También se analizó la conducción mediante una tubería del agua desde el embalse El Yeso hasta el Estanque Pirque, que costaría US$410 millones.

Finalmente, una opción es incrementar la capacidad de reserva de agua cruda con un estanque contiguo al de Pirque, que supone una inversión estimada de US$115 millones.

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