Un video de 1 minuto protagonizado por los actores principales de la serie, advierte que la ficción trata temas como depresión, abuso sexual, drogadicción, bullying y suicidio. Por ello recomiendan verla junto a un adulto responsable si se está lidiando con estos problemas. "El momento en que comienzas a hablar de ello, se vuelve más fácil", dice Alisha Boe, quien personifica a Jessica Davis.

Esta advertencia no formaba parte de la primera temporada. Quizás por ser novedad o porque fue inesperado el éxito que tuvo la ficción no solo en cuanto a espectadores, además al poner sobre la mesa temas que rara vez se conversan abiertamente.

Hannah Baker (Katherine Langford) es la protagonista de esta historia que comienza cuando Clay Jensen (Dylan Minette) recibe un conjunto de casetes en los que Hannah explica las 13 razones que la llevaron a suicidarse.

Desde su perspectiva, el abandono de quienes consideraba sus amigos, fotografías, crueles bromas y rumores en torno a su comportamiento sexual, la responsabilidad indirecta en un accidente de tránsito, el sentir que defraudaba a sus padres y haber sido víctima de violación; fueron algunos de los tantos motivos que la llevaron a sentir que no valía la pena seguir viviendo.

Las escenas son fuertes. Lo que comienza como chistes adolescentes y situaciones desagradables que cualquier podría decir "me pasó lo mismo", se convierte en una bola de nieve que deriva en escenas de violación y el suicidio de Hannah. No es fácil ver, pero el objetivo no es espantar a la audiencia, todo lo contrario, dar valor a todos quienes callan este tipo de a abusos y darles a entender que no están solos.

La primera temporada finalizó con la madre de Hannah tomando acciones legales contra la escuela y participando en una serie de entrevistas a los involucrados para esclarecer el testimonio de Hannah. Pero su historia fue solo el comienzo.

Lo acontecido en la escuela Liberty High no fue un caso aislado. Esa es la premisa de esta segunda temporada y la pista que recibe Clay para seguir buscando justicia no solo por Hannah, por todas quienes sufrieron un trato similar o peor.

Ya no se trata del suicidio de una persona, el tema central son todos aquellos abusadores y los cómplices de estos que parecen ser intocables por el rigor de la ley, cómo las víctimas son más cuestionadas que el victimario, la impotencia de quienes no ven otra salida que buscar justicia por las propias manos y la redención de aquellos que son capaces de reconocer sus culpas.

Desde los primeros segundos de los nuevos episodios se muestra el juicio liderado por la madre de Hannah contra el distrito escolar, por no proteger a su hija de todos aquellos hechos que la llevaron a terminar con su vida. El primer interrogado es Tyler, el joven aficionado a la fotografía que capturó el momento en que Hannah besaba a Courtney, imágenes posteriormente difundidas por toda a escuela.

Son pocos los estudiantes que se atreven a decir toda la verdad por defender a Hannah. Ignorar el riesgo a ser juzgados o incluso recibir algún tipo de represalia al señalar algún nombre, es una prueba que muy pocos estás dispuestos a pasar. "Son solo niños", dicen algunos, "pero sabían lo que hacían" es la respuesta de quienes solo buscan la verdad y la justicia.

Esta segunda temporada se emite en tiempos en que las mujeres no tienen temor de salir a las calles a reclamar sus derechos a no ser violentadas y asesinadas. En que exigen a gritos que la justicia sea merecedora de su nombre con castigos a ad hoc a los crímenes  cometidos.

13 Reasons Why, más allá del drama personal de cada uno de los personajes, es una crítica al la institución que peca de burocrática, al exigir más a la víctima, y de ingenua, al dejarse convencer por el más fuerte.

Pero también entrega una luz de esperanza: alzar la voz no es una acción en vano si se hace con fuerza y convicción.

Al igual que la primera temporada, este segundo ciclo está compuesto por 13 episodios, todos disponibles en Netflix.

https://www.youtube.com/watch?v=NogTgI_oNLM