David Aaronson -"Noodles" para los amigos- está vestido de chaqueta larga y sombrero. En un ejercicio de apartarse del mundo, llega a un fumadero de opio. Pese a no ser característico de él, en ese momento luce una mirada triste y cansina. No hay palabras, ni de él ni de quienes están a su alrededor.

Así comienza y también termina Érase una vez en América (Once upon a time in América, 1984), película basada en la novela The Hoods de Harry Grey, protagonizada por Robert De Niro -tomando el rol de Noodles-, dirigida por Sergio Leone y musicalizada por Ennio Morricone.

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Nominada a dos Globos de Oro y ganadora de dos BAFTA, la producción fue la última del director italiano, quien falleció en 1989. Ella toma la historia de un grupo de amigos que forman una pandilla y tienen que enfrentar la muerte de uno de sus integrantes, la que es vengada por Noodles. Luego de ello, y ya unos años transcurridos, el protagonista vuelve a reunirse con el resto del grupo, ahora ya más grandes, para trabajar en el mercado negro en plena época de la "ley seca" (década del '20 en EE.UU.).

"La considero la obra maestra de Sergio (Leone), me pregunto dónde habría llegado si hubiese tenido la posibilidad de rodar más películas (...) A pesar que hubo muchos guionistas, todo estaba claro en su mente. Fue un proyecto muy trabajado", relata Morricone sobre Érase una vez en América en su biografía En busca de aquel sonido: mi música, mi vida, algo que sustenta Quentin Tarantino. "Después de 'La trilogía del dólar', ¿cómo se puede superar eso? Pero él lo superó con Érase una vez en América, algo así como 'cuán lejos puedo llegar'", complementa el director de Kill Bill y Pulp Fiction, declarado también seguidor de Leone.

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"Una de las mejores películas sobre América que ha realizado un extranjero" titulaba Esquire, mientras lo mismo hacía El Mundo con "Malos como ya no los hacen", ambas publicaciones llenando de loas el filme de 1984.

A diferencia de muchas películas, Érase una vez en América tiene un relato basado en flashbacks y que en algunos momentos es intencionadamente ambiguo. Pese a ser lanzada años después de las dos primeras entregas de El padrino, Cristián Briones, dueño de la tienda especializada en cine Fílmico, asegura que "es una película que aplicó una lógica de autor a un tema que ya se sentía agotado. Hubo al menos dos claves en esa visión de autor: primero, la visión foránea sobre el tema, que daba una perspectiva distinta a la que tenía Coppola o Scorsese; y segundo, que la narrativa de Leone tenía la marca suficiente para hacer la película indeleble en aquellos que lograron consumirla".

El elenco

Una de las inclusiones más llamativas fue la de Robert De Niro, quien venía de participar en películas como El Padrino II (1974), Taxi Driver (1976), El francotirador (1978) y Toro salvaje (1980). En Érase una vez en América le correspondió encarnar a Noodles, personaje principal, en sus etapas adultas. "Noodles es una construcción hermosa de personaje, y aunque se entiende que ahí hay una visión de autor sobre el esquema total, De Niro rinde a la perfección", cuenta Cristián Briones.

Por otro lado, como figura que genera tensión con el protagonista -ya que no siempre es antagonista- está Max, rol que toma James Woods. "Si en mi lecho de muerte me preguntan '¿cuál fue tu mayor experiencia artística en la vida?', respondería 'trabajar con Sergio Leone'. Es lo más grande de mi vida. Nunca se lo dije porque era demasiado joven o tímido para decírselo", comentó el actor en un documental de la película.

Sumados a ellos están Elizabeth McGovern en el papel de Deborah -adulta-, el amor de Noodles; Tuesday Weld, de larga trayectoria cinematográfica y televisiva hasta ese entonces (popularidad que incluso se extendió al nombre de una banda); Joe Pesci, quien actuó junto a De Niro anteriormente; Treat Williams, conocido por su participación en Hair (1979) y El príncipe de la ciudad (1981); y una pequeña Jennifer Connelly, quien debutó en el mundo del cine con esta producción siendo Deborah en su adolescencia. "El ojo de Leone con Treat Williams y Jennifer Connelly es caso de estudio", asegura Briones.

La magia de Morricone

Gran parte de las nominaciones y premios que consiguió Érase una vez en América corrieron por parte de la banda sonora, la que fue compuesta por Ennio Morricone.

A diferencia de otros trabajos junto a Leone, acá Morricone deja de lado las guitarras eléctricas, las cajas de batería y los gritos para pasar a los conjuntos de cuerdas, el piano y las cantantes líricas, teniendo como base la tonalidad MI, en "Deborah's theme" y la canción principal; como MI menor, base de "Poverty".

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Así luce actualmente el puente de Manhattan, que aparece en los afiches de la película. Imagen: Tatiana Castro.[/caption]

"Esta vez las emociones estaban tan claramente definidas, eran tan fuertes y tan románticas, que estuvimos de acuerdo en que la música tenía que ser menos enérgica que lo habitual", afirmó el director en Sergio Leone: Algo que ver con la Muerte.

"En una película como Érase una vez en América, sin duda hay que tener presente un componente simbólico de los tiempos, por lo que Deborah representa un amor imposible, romántico y atormentado, pero igualmente importante es la ambientación, crear un 'ámbito' sonoro que sea coherente con lo que describen y sugieren el guión, el contexto histórico, la escenografía, los lugares, los colores, la fotografía, las costumbres: en una palabra, todo cuanto abarca a los personajes", complementa su amigo Morricone.

"Deborah's theme" es uno de los temas eje de la película, el cual también suele ser de los más conmovedores de los que ha compuesto Ennio durante su trayectoria. Curiosamente, su nacimiento fue algo particular: "Lo escribí en Estados Unidos, adonde fui a principios de los años ochenta para preparar los temas de Amor sin fin (1981), de Zeffirelli, una película en la que después, sin embargo, no trabajé. En situaciones semejantes, solía tirar todo a la papelera porque me parecía incorrecto darle a un director de cine temas musicales que había escrito para otro, pero apartaba algunas piezas que consideraba buenas", cuenta Morricone.

El compositor italiano eso sí tenía una costumbre con Leone, a quien conocía desde su etapa escolar. "Además, desde la época de Por un puñado de dólares, Sergio y yo habíamos dado vida a ese juego perverso por el que le hacía escuchar los temas descartados por otros directores. Bueno, la pieza sin duda más célebre que fue seleccionada de esta forma fue, precisamente, la de Deborah y, a decir verdad, en ese caso ni siquiera se trató de un 'descarte', pues había rechazado la película de Zeffirelli. Así fue...", complementa el director de orquesta.

La banda sonora de la película cuenta con 51 versiones, de acuerdo al portal especializado Discogs, siendo las primeras lanzadas el mismo año del filme. Si retomamos el tema de melodías desechadas y recuperadas, en 1998 en Europa se publicó una edición especial del soundtrack, el que incluyó dos composiciones tituladas "Unused theme #1" y "Unused theme #2", además de una nueva versión de "Poverty" que no contaba con un conjunto de cuerdas.

https://www.youtube.com/watch?v=_APmVdXm4Xw

Briones destaca el quiebre que el binomio italiano representaba en el mundo del cine, asegurando que "Morricone siempre fue una dicotomía extraña en las bandas sonoras. Fue alguien que rompió las reglas para luego volver atrás, sin perder la estética musical que tuvo al romper esas reglas. Creo que lo más destacable de Érase una vez en América es que recoge temas mucho más amplios, no se queda en lo que se entrampaba en el Spaguetti. Acá hay música que evoca el romance y la pérdida, aparte de la épica de la forja de una nación desde las truculencias de la calle".

El impacto de la banda sonora puede percibirse dándose una simple vuelta por YouTube. "Tengo 85 años de edad. Tengo mucha música favorita en mi mente, pero esta banda sonora me conmueve más que ninguna otra. Puedo morir e ir al cielo felizmente escuchando a Morricone", afirma Vernon Stirling, quien tiene el comentario más votado (367 "pulgares arriba" a día de hoy) en el video que contiene el soundtrack.

En su última presentación en Chile, realizada en el Estadio Bicentenario de La Florida en noviembre de 2013, el maestro Morricone ejecutó junto a la orquesta "Deborah's theme", "Poverty" y "Once upon a time in America", tres temas que suele empalmar en vivo, como lo hizo en el Arena Di Verona para el Arena Concerto (realizado en 2002, lanzado en DVD en 2003).

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De "Padrinos" y recortes

Pese a tener un gran elenco, una historia bien hilada y una banda sonora brillante, Érase una vez en América no gozó del éxito que se esperaba. Y razones hay varias.

Para ello, hay que remontarse a los tiempos de producción del trabajo de Leone. Según el guionista italiano Piero de Bernardi tardaron doce años. "Supongo que fue la escritura de guión más larga de la historia del cine", dijo. Otro de los integrantes del equipo de trabajo complementa que el borrador del guión contenía más de 200 páginas, el doble de lo común.

Tras casi un año de grabación, el material utilizable con el que contó Leone fue de 8 a 10 horas. Ello desembocó en que el director determinara que Érase una vez en América se estrenara en dos partes de tres horas. Sin embargo, la idea fue rechazada y tuvo que hacer otra edición de cerca de cuatro horas, sin segundas partes.

Así probó suerte en Cannes y Europa, donde tuvo una buena acogida. Sin embargo, el filme corrió suerte distinta al otro lado del mundo. En Norteamérica recortaron la duración a 139 minutos y, para peor, alteraron la narrativa ordenando los hechos cronológicamente. "Trabajé mucho para hacer una buena película y le quitaron toda la esencia", dijo al respecto Sergio Leone.

"Imagina que estuvo tan mal organizado el estreno (en Estados Unidos) que incluso olvidaron añadir la música de Ennio Morricone. Le hubieran dado un Oscar. Quizá es la mejor banda sonora de la historia del cine", aseguró Arnon Milchan, productor de Érase una vez en América.

Sumado a ello, años atrás fueron lanzadas las dos primeras partes de El padrino, dirigidas por Francis Ford Coppola y que hasta el día de hoy gozan de buenas críticas, siendo referenciadas como emblemas del cine mundial.

"La Sombra de El padrino fue larga, sin duda, pero también el ritmo que aplicó. Que Leone replicara la narrativa abierta del spaguetti western a Noodles fue una propuesta arriesgada, y en tiempos vertiginosos (1984) ese ritmo no iba a cuajar. De hecho, ya Heaven's Gate lo había vaticinado y Revolution lo selló. Es más, creo que los cortes sacrificaron la visión del autor en aras de hacerla estrenable, pero ya estaba condenada", afirma Cristián Briones.

Dimensionando la figura de Leone

En una época donde Quentin Tarantino, Tim Burton y Christopher Nolan, por mencionar algunos, y considerando que esta película, la última de Leone, fue lanzada hace 35 años, ¿cómo se puede tomar el peso de la importancia del director italiano?

Cristián Briones siente que es complejo de traspasarlo a los tiempos actuales, debido a que han cambiado las formas del consumo de material audiovisual. "El ritmo de Leone no es algo que se pueda traspasar a estos días de escasa capacidad de atención al detalle, más allá del cameo. Explicarle la poesía detrás de la escena de Noodles en el puente a las audiencias hoy es complejo", cuenta.

"De hecho, Leone vive a través de su gran aporte estético, esos planos de videoclip y el sonido que consiguió cuadrar a la perfección en el Cine. No de sus ritmos. EUVEA es el último estertor de una época gloriosa. No siendo un fan de Leone, no podría negar cuanto puso de su forma de ver el Cine en ella y como falló en los tiempos en que el Cine dejó de mirarse a sí mismo como una Industria Artística, y empezó a verse como una Industria que cobra en taquilla", cierra el dueño de Fílmico.

Leone no ganó un Óscar. Sin embargo, eso no fue motivo para minimizar su carrera. Al respecto, bien queda recordar una frase de su amigo Morricone sobre la estatuilla honorífica que recibió de la Academia en 2007, un premio de consuelo de mal gusto, considerando la trayectoria del italiano y las omisiones que tuvieron con él por largo tiempo. "Verás, los premios no son más que un momento y, en medio, está la vida. Quizá, cuánto más cuesta conseguirlos, mayor es la satisfacción que brindan", dijo el compositor en su biografía.

"¿Es la vida real o es solo fantasía?".