"La guerra ha terminado", escribió de puño y letra el general español Francisco Franco, el 1 de abril de 1939. El escueto parte puso fin oficialmente a la Guerra Civil Española, en la que murieron poco más de 500 mil personas. Otras 500 mil habían logrado huir del hambre, la cárcel y los fusilamientos, pero aún no estaban a salvo. Muchas de ellas fueron a parar a campos de concentración franceses, donde sobrevivieron en precarias condiciones y siempre con la amenaza constante de una nueva guerra mundial que se desataría en cuestión de meses.

La noticia rápidamente cruzó fronteras, hasta llegar a Chile. Con 35 años, el poeta Pablo Neruda (1904-1973) buscaba un refugio para escribir lejos de la ciudad, y solo meses antes había adquirido un sitio y una pequeña casa en Isla Negra. Emparejado entonces con la pintora y grabadora argentina Delia del Carril (1884-1989), la "Hormiguita", ese mismo año el autor de Canto General fue nombrado cónsul especial para la emigración en España por el gobierno del Frente Popular encabezado por Pedro Aguirre Cerda. Semanas después se instaló en París.

Ya a fines de julio de 1939, Neruda, su esposa y el doctor José M. Calvo recorrieron cada uno de los campos de concentración franceses en los que pudiera haber refugiados españoles de la guerra. El criterio de la selección tuvo solo un parámetro: sacar de allí a la mayor cantidad de personas como fuera posible, "procurando que al menos dominaran un oficio", según recordó después el poeta. En paralelo, se contrató al barco de vapor Winnipeg de la compañía France-Navigation, embarcación que había sido construida para otros fines en 1918 y que tuvo que ser modificada para el futuro trasladado de más de 2 mil personas.

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En 1939, Pablo Neruda fue nombrado cónsul especial para la emigración en España por el gobierno de Pedro Aguirre Cerda.

En 1939, Pablo Neruda fue nombrado cónsul especial para la emigración en España por el gobierno de Pedro Aguirre Cerda.[/caption]

"Desde el punto de vista político serán escogidos, para que su sola presencia, sin necesidad de que se mezclen en nuestra política interna, sirva de antídoto a la propaganda venenosa de la Falange española y del nazismo alemán", dijo Neruda poco antes de concretarse el viaje. En Chile, sin embargo, algunos vieron con temor el multitudinario rescate orquestado por el futuro Nobel y el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Abraham Ortega, "el otro capitán del Winnipeg", según escribe Darío Oses en un ensayo incluido en el nuevo libro Pablo Neruda y el Winnipeg, que será presentado el 23 de septiembre por la Fundación Neruda.

En la prensa local se hablaba incluso de la llegada de "peligrosos revolucionarios", pero al poeta no le tembló la mano. "Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie", escribió en su libro de memorias Para nacer he nacido, publicado de manera póstuma en 1978.

El arca de la esperanza

"Me gustó desde un comienzo la palabra Winnipeg", escribió Neruda en septiembre de 1969, al cumplirse 30 años de la llegada del Winnipeg "Las palabras tienen alas o no las tienen. La palabra Winnipeg es alada. La vi volar por primera vez en un atracadero de vapores, cerca de Burdeos. Era un hermoso barco viejo, con esa dignidad que dan los siete mares a lo largo del tiempo. Lo cierto es que nunca llevó aquel barco más de setenta u ochenta personas a bordo. Lo demás fue cacao, copra, sacos de café y de arroz, minerales. Ahora le estaba destinado un cargamento más importante: la esperanza".

Llegaron hasta ahí en tren, para despedirse de los suyos. La mañana del 4 de agosto de 1939, una multitud cubrió el muelle Trompeloup, muy cerca del puerto francés de Pauillac y de Burdeos. Había rostros desencajados por la pena, puños en alto y risas de niños. Sobre sus cabezas flameaba la bandera canadiense del Winnipeg. Al subir al barco, los pasajeros recibieron una colchoneta, una manta, dos sábanas, una almohada y una bolsa con productos para la higiene personal, junto a una tarjeta de colores para racionar los turnos de comida. A los niños, en cambio, se les entregaron maletines con material escolar y lápices de colores, y un folleto con la historia breve de ese desconocido y lejano país llamado Chile.

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Los niños recibieron un maletín con material escolar, lápices de colores y clases de literatura y dibujo.

Los niños recibieron un maletín con material escolar, lápices de colores y clases de literatura y dibujo.[/caption]

"Los trenes llegaban de continuo hasta el embarcadero. Las mujeres reconocían a sus maridos por las ventanillas de los vagones. Habían estado separados desde el fin de la guerra civil. Y allí se veían por primera vez frente al barco que los esperaba. Nunca me tocó presenciar abrazos, sollozos, besos, apretones, carcajadas, de dramatismo tan delirantes", escribió Neruda años después.

2.101 almas viajaron en el barco, según el último registro de Jaime Ferrer Mir, hijo de uno de los refugiados españoles y autor de los libros Winnipeg, el barco de la esperanza y (1989) Los españoles del Winnipeg (2011). Este último reunió por primera el listado completo de pasajeros, y hoy se encuentra disponible en Memoria Chilena. Entre esos hombres, mujeres y niños estaban los futuros artistas José Balmes y Roser Bru, además del historiador Leopoldo Castedo, distinguidos años después con los Premios Nacionales de Artes e Historia, respectivamente.

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El viaje a bordo del barco duró un mes, entre el 4 de agosto y el 3 de septiembre.

El viaje a bordo del barco duró un mes, entre el 4 de agosto y el 3 de septiembre.[/caption]

También Mauricio Amster (profesor y artista), Isidro Corbinos (periodista deportivo), José Ferrater Mora (filósofo), Margarita Xirgu (Actriz), José Ricardo Morales (escritor) y el ingeniero Víctor Pey, quien además fundó el diario Clarín y fue consejero del presidente Salvador Allende. Fallecido en octubre del año pasado, a los 103 años, inspiró uno de los personajes principales de la última novela de Isabel Allende, Largo pétalo de mar (2019), que también recoge la hazaña.

Mucho se ha escrito sobre el Winnipeg en sus 80 años. El libro publicado por Ferrer en 1989 ya recogía una serie de anécdotas hasta entonces desconocidas; como que el barco había sido usado previamente como set para una película francesa, y que en buena parte del viaje rondó la amenaza de un posible ataque de submarinos alemanes. También que, durante la navegación, que se prolongó durante un mes mientras cruzaban el Atlántico y luego el Canal de Panamá, hasta enfilarse hacia el sur por el Pacífico, nacieron tres niños, pero uno de ellos murió. "Un republicano que llegó en el barco decía: 'Tierra es tierra en todas partes, pero patria es libertad'", recordaba el también académico hace unos años.

El 3 de septiembre de 1939, el Winnipeg finalmente llegó al puerto Valparaíso. A su arribo, los esperaba una calurosa multitud. También el propio Neruda y el entonces ministro de Salud, Salvador Allende. Con motivo de la conmemoración de dicha fecha, hoy el Senado entregó un reconocimiento a la pintora Roser Bru, al empresario Juan Cueto y al médico Victorino Farga, por su aporte al país. El puerto acogerá también el conversatorio Entre dos mundos, que tendrá lugar este viernes 6, a las 19.00 horas, en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso (Errázuriz 2120, Valparaíso). Participarán el Premio Nacional de Ciencias Exactas, José Maza (cuyos padres viajaron también en el barco), y el Premio Nacional de Ciencias Sociales, Agustín Squella. Moderará la investigadora Marcela Küfper.

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Los pasajeros del Winnipeg desplegaron un lienzo con la imagen del presidente Pedro Aguirre Cerda.

Los pasajeros del Winnipeg desplegaron un lienzo con la imagen del presidente Pedro Aguirre Cerda.[/caption]

En paralelo, hasta la comuna de Calle Larga, también en la V Región, llegarán el escritor Jorge Baradit (Historia secreta de Chile) y el actor Julio Jung. Allí conversarán en torno a Las historias secretas del Winnipeg. La actividad de carácter gratuito es este martes 3 a las 19.00 horas, en el Centro Cultural Pedro Aguirre Cerda.

También como parte de las actividades, el Centro Cultural de España exhibió el documental La travesía solidaria (2011), del director francés Dominique Gautier y Jean Ortiz. En el registro, actualmente disponible en Vimeo, algunos pasajeros recordaron a Neruda esa mañana en que barco salió desde Francia, vestido de blanco y estrechando las manos de quienes partían rumbo a Chile, y también a la Homiguita, quien corría de un lado para otro y dando los últimos preparativos en el muelle, contando además cómo era ese país del que pocos habían oído antes. El poeta, incluso, regaló folletos en los que escribió: "Chile dista mucho de ser un paraíso. Nuestra tierra sólo entrega su esfuerzo a quien la trabaja duramente".

Documental La travesía solidaria (2011), de Dominique Gautier y Jean Ortiz:

https://vimeo.com/40495791

El filme fue exhibido junto a otros registros de la travesía que también se encuentran en la web, como Limits (España, 2018) de Juan Cobo y David Avecilla; Exilis (España, 2013) de Diego Meza; El último abrazo (España, 2014) de Sergi Pitarch; José Balmes, el doble exilio de la pintura (Chile, 2011) de Pablo Trujillo; Helia, memoria del Stanbrook (España, 2018) de Sergi Pitarch, y Notas para un retrato de familia (Chile, 1989), de Angelina Vázquez Riveiro.

Mientras, hasta el 19 octubre se exhibe la muestra Boleto de ida de la ilustradora Cecilia Zabaleta, nieta de uno de los refugiados del Winnipeg, también en el Centro Cultural de España. Compuesta de collages e ilustraciones, la exposición traza un recorrido por la historia del carguero, desde las narraciones personales de sus sobrevivientes y fragmentos que deja el archivo documental, especialmente fotográfico. Por su parte, el libro ilustrado El Winnipeg, una travesía a la libertad (Ediciones del Quijote), de Francisco Jiménez y Macarena Ortega, rememora también el viaje en imágenes hechas y coloreadas a mano, para niños y jóvenes. Fue presentado en la Feria Internacional de Literatura Infantil y Juvenil el 24 de agosto pasado.

Antes, en 2015, se publicó también Winnipeg: el barco de Neruda, de Laura Martel y Antonia Santaolaya (Hotelpapel Ediciones), novela gráfica basada en los mismos hechos.

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Ilustración de la artista Cecilia Zabaleta que hasta octubre se exhibe en la muestra Boleto de ida, en el Centro Cultural de España.[/caption]

Este viernes, en tanto, el GAM estrena Bru o el exilio de la memoria, montaje de teatro documental escrito por Francisco López y Amalá Saint-Pierre, nieta de la artista y Premio Nacional 2015, que bajo la dirección de Héctor Noguera repasa su llegada a Chile a bordo del Winnipeg, además de cómo ese hecho influenció en su obra. "Al principio la gente nos miraba y ya sabían que no éramos de aquí. Pero poco a poco empezamos a pertenecer, a ser de este lado. Ahora tengo dos mundos, pero sé que moriré aquí", recordó Bru en 2005. Para Noguera, su trabajo artístico se vio muy influido: "Aquí miramos ese episodio en su vida y las implicancias que tuvo, que no fueron pocas, y ahora que su memoria se ha encargado de borrar ese y otros recuerdos", agrega.

En octubre próximo, la actriz Claudia Pérez llevará también su obra Winnipeg, de los Pirineos a los Andes (2012) a recorrer las ciudades de Cádiz (Festival Internacional de Teatro Iberoamericano), a Barcelona, Madrid, Logroño y Pamplona, en el marco de los 80 años del viaje del Winnippeg. "Es un orgullo haber sido invitada", comenta. El sábado 21 y domingo 22 de septiembre, además, la compañía local La Llave Maestra repondrá su aplaudido montaje familiar Los niños del Winnipeg en el Teatro del Lago de Frutillar, que fusiona música en vivo, objetos y muñecos para reconstruir el episodio desde la niñez.

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La artista Roser Bru (1923) y a su nieta, Amalà Saint-Pierre. El viernes se estrena la obra Bru o el exilio de la memoria en el GAM.[/caption]

Para el periodista español y biógrafo del Nobel chileno, Mario Amorós (autor de Neruda: el príncipe de los poetas, 2015), quien estuvo en Chile la semana pasada, invitado a un conversatorio como parte de las actividades en torno al Winnipeg, "la 80° conmemoración es una excelente oportunidad, no solo para evocar la gesta que encabezó Pablo Neruda y la acogida cálida y fraternal que el pueblo chileno brindó a los refugiados republicanos españoles, sino también para asumir que en nuestro complejo mundo actual debemos enfrentar el fenómeno global de las migraciones con una mirada solidaria", dice a Culto / La Tercera.

"La historia de la humanidad es la historia de las migraciones, como bien sabemos españoles y chilenos. En Europa, la ola de xenofobia y racismo avanza en demasiados lugares, amenaza la convivencia y pone en peligro la democracia. Hace ochenta años, en 1939, el Gobierno de don Pedro Aguirre Cerda y Pablo Neruda mostraron al mundo cómo debemos acoger a los refugiados", agrega. Sin embargo, comenta que en España la gesta del Winnipeg es "ampliamente desconocida": "Del exilio republicano se conoce y se rescata usualmente mucho más la solidaridad de México", concluye.

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El Winnipeg, una travesía a la libertad (Ediciones del Quijote), de Francisco Jiménez y Macarena Ortega.

El Winnipeg, una travesía a la libertad (Ediciones del Quijote), de Francisco Jiménez y Macarena Ortega.[/caption]