Como el rugir de un 747 tomando carrera para despegar. Así de ruidosa fue la aparición de The Americans (Grove Press), la gran obra del fotógrafo suizo Robert Frank, en el calmo paisaje estadounidense de 1958. Un libro importante cuya influencia resuena hasta hoy entre distintas generaciones de artistas y reporteros, y que hizo que la fotografía se integrara a las vanguardias artísticas.

Entre los años 1955 y 1956, y luego de conocer a parte de la beat generation, el suizo recorrió las carreteras de 48 estados retratando una singular mezcla de personajes urbanos y rurales, como sacados de una novela de Capote o un cuadro de Hopper.

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Funeral en St. Helena, en Carolina del Sur, en 1955. The Americans, Robert Frank[/caption]

Son imágenes de la soledad de la vida estadounidense contemporánea. O, como escribe Jack Kerouac en el prólogo de The Americans, "un triste poema de Estados Unidos plasmado en fotografía".

En sus páginas, The Americans incluye poco más de 80 imágenes seleccionadas entre más de 28 mil, desde un cóctel en la Nueva York de los monumentales rascacielos a un funeral en Carolina del Sur o el Detroit de la naciente industria automotriz, sin omitir cada uno de los contrastes que Robert Frank detectó.

"Después de ver estas fotos acabas no sabiendo si una jukebox es más triste que un ataúd", escribe Kerouac en el prólogo.

Es la mirada sobre la soledad y la desolación que impuso una estética de una belleza inquietante, parecida a ese orgásmico estornudo que nos deja satisfechos, pero bañados en mucosa de variable consistencia.