La última vez que Jennifer Lawrence (29) irrumpió en la pantalla grande fue en junio de 2019. Entre críticas negativas y pobres resultados en taquilla, X-Men: Dark Phoenix debutó en los cines la primera semana de ese mes, ofreciendo su cuarta y final interpretación como Mystique, su segundo personaje más masivo luego de la Katniss Everdeen de la saga Los juegos del hambre.

Pero, además, el arribo de la película de superhéroes de Marvel proporcionaba su último rol en un filme luego de que decidiera poner en pausa su carrera como actriz a comienzos de 2018, un pequeño respiro luego de títulos como Madre! y Pasajeros –con los que género más críticas reprobatorias que elogios– y sostener un ritmo agitado desde su debut en el cine en 2008, con hasta tres cintas estrenadas durante algunos años; quizás el costo –y también la causa– de consagrarse como la mayor estrella de su generación, Oscar incluido por El lado bueno de las cosas.

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Madre![/caption]

La segunda ganadora más joven en la historia da la Academia terminó su receso a mitad del año pasado con un nuevo rodaje, pero lo concreta definitivamente y abre nuevas rutas en su carrera durante 2020. Más una vez que ayer fue confirmada su participación en su primera película junto a Netflix, la comedia Don't look up. Siguiendo la ruta de la casi totalidad de astros de Hollywood –desde Meryl Streep a Amy Adams y Chris Hemsworth–, la actriz debutará durante este año en un filme con la compañía de streaming, pero además tendrá su primer rol eminentemente cómico.

Si bien conocidas son sus salidas de libreto en eventos públicos, Lawrence aquí asumirá el rol de una astronauta que junto a su compañero de labores debe convencer a la humanidad de que un meteorito destruirá la Tierra. Un punto de partida en el que puede desenvolverse bien el director implicado, Adam McKay, que antes de ganar el Oscar con la sátira La gran apuesta y participar en el piloto y producir la aclamada serie de HBO Succession, hizo junto a Will Ferrell desde El reportero: la leyenda de Ron Burgundy a Hermanastros.

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Operación Red Sparrow.[/caption]

En su nueva etapa de cineasta de prestigio Lawrence podría jugar el rol de nueva aliada favorita. Aunque no tiene fecha de rodaje (Don't look up empezará a grabarse en abril y espera llegar durante este año), la pareja ya estaba comprometida desde antes para hacer Bad blood, película biográfica sobre Elizabeth Holmes, la fundadora de la fraudulenta compañía Theranos, que ya fue retratada en el documental de HBO The inventor: Out for flood in Silicon Valley.

Probablemente antes de que termine de aclararse el futuro de ese proyecto, la actriz de Escándalo americano se pondrá en la piel de otro personaje real. Se trata de Arlyne Brickman, una informante de la mafia nacida en 1934 que fue pareja de gánsteres de renombre de Nueva York y terminó siendo una informante clave de la policía. El director Paolo Sorrentino (La gran belleza) dirigirá la versión en la pantalla grande del libro que cuenta su historia, Mob girl: A woman's life in the underworld, y promete entregar un punto de vista diferente a un género tan particularmente masculino como las cintas de mafiosos.

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Madre![/caption]

Por ahora sin franquicias a la vista, como en su anterior década en que buena parte de su tiempo se lo llevó roles en millonarias producciones, Lawrence también sellará su vuelta al cine independiente, la cuna que le dio su salto al estrellato en 2011 con la película Lazos de sangre, la primera de sus candidaturas a los Oscar. En la ópera prima de la directora Lila Neugebauer, aún sin título y filmada a mediados de 2019, la actriz interpreta a una soldado que regresa a su hogar con estrés postraumático luego de haber sufrido una lesión en Afganistán.

El drama es producido por el aclamado estudio A24 (Lady Bird, Uncut gems) y debiera estrenarse durante este año, ubicando a Lawrence nuevamente en el radar de los premios. De instalarse bien en temporada de galardones y cosechar elogios, la intérprete podría aspirar a su quinta nominación a los reconocimientos de la Academia a los 30 años, que cumple en agosto. Una demostración de afecto quizás inevitable frente al reencuentro con una de sus figuras predilectas.