Con cada día que pasa son más quienes eligen las pantallas planas de alta definición -que ya llegan a las 84 pulgadas, en el caso de las Ultra HD- a la hora de entretenerse en la casa, dejando atrás la costumbre de visitar el cine. Si bien la llegada de la tecnología 3D, con una versión remozada respecto de la que se conocía hace décadas, logró recuperar un poco esa audiencia, la innovación más importante del último tiempo ha venido de mano de la tecnología 4DX, recientemente estrenada en Chile tras iniciar un boom en Asia gracias a la compañía surcoreana CJ CGV.
La experiencia combina la tecnología 3D -que requiere los tradicionales lentes- con efectos presenciales dentro de la misma sala, con el lanzamiento de chorros de aire, destellos de luces, sprays de agua y movimientos desde la base del asiento que complementan algunas de las escenas más llenas de acción y movimiento (ver infografía). Así es como en películas como las recientemente estrenadas Turbo o Titanes del Pacífico, los espectadores siguen desde la butaca la experiencia especialmente programada desde un sistema computacional que sincroniza los efectos con la imagen desplegada en la pantalla.
Esto se logra gracias a la creación de un "track" o pista con el tiempo preciso para cada efecto, creada por los ingenieros de CJ CGV en los mismos estudios de las productoras de Hollywood, que escogen junto a ellos los efectos necesarios para cada película.
Además de las luces, aire, agua y movimiento, la experiencia se complementa también con un avanzado sistema que puede desplegar más de 1.000 aromas diferentes en cualquier momento de la película. En casos como Iron Man 3, las escenas de mayor acción se complementaban con un leve aroma metálico, según destacó una revisión del sitio especializado "The Verge" en Japón. Pero no es la primera vez que se experimenta con el olfato en la sala del cine, ya que un ambicioso sistema llamado Smell-o-Vision fue creado en 1960, pero sólo se usó en un filme titulado Esencia del misterio.
Nueva tecnología
Los orígenes del nuevo sistema son relativamente jóvenes para una tecnología tan compleja: debutó en 2009 para el estreno de Avatar en Corea del Sur y cuatro años más tarde, el sistema está presente en más de 10 países de Asia, Europa y América, incluyendo Chile. "El negocio del cine ha crecido especialmente durante los últimos cuatro años en el mercado local, gracias a la llegada de tecnologías como las salas 3D y Premium, que la gente ha elegido para convertir en su panorama habitual durante el tiempo libre, no sólo en fines de semana y vacaciones", cuenta a Tendencias Francisco Schlotterbeck, gerente general de Cine Hoyts, la cadena que hace unos días inauguró la primera sala de este tipo en el país en su complejo de La Reina.
La llegada del 4DX se engloba en una tendencia mundial por hacer del cine un lugar más atractivo para los panoramas en la ciudad y permitir a las familias encontrar experiencias únicas sin alejarse mucho de su casa, sin las complicaciones que se encuentran usualmente a la hora de visitar un parque de diversiones. Esto se ha traducido en la importante demanda que, como señala Schlotterbeck, ha logrado duplicar las cifras de asistencia en la última mitad de década. "En el caso del cine 4DX, hemos logrado 90% de ocupación promedio. Como comparación, esto no alcanza más allá del 50% en el caso de las salas convencionales", agrega.
Desde el debut de la tecnología, ya más de 100 filmes han sido adaptados para funcionar por el formato alrededor del mundo, mientras que en Chile ya son tres los estrenos recientes (Turbo, Titanes del Pacífico y Wolverine) que están listos para disfrutarse con el sistema, mientras que existirán entre tres a cuatro debuts en el formato por cada mes en todo lo que queda del año. Los planes de la compañía surcoreana no dejan de ser ambiciosos: buscan tener 1.500 salas alrededor del mundo para 2016.
Búsqueda de realismo
Si bien la tecnología que hace realidad el 4DX es nueva e incorpora características nunca antes vistas en salas de cine, no es la primera vez que se busca agregar elementos que hagan de la experiencia del cine una más real. Los primeros intentos se remontan a principios del siglo pasado, cuando partieron los primeros experimentos de imágenes estereoscópicas (3D) en movimiento, siendo The Power of Love su primera película. La cinta se presentó ante un selecto público neoyorquino en 1922, pero su tecnología no se masificaría sino hasta los 50, época llamada la "era dorada" del 3D. El formato perdería protagonismo por las complicaciones que significaba reproducir una película del formato, aunque nuevos avances tecnológicos permitieron revivirlo cada cierto tiempo hasta llegar a las películas 3D actuales que usan el formato digital.
Otro boom se manifestó durante la década de los 70, una de las más exitosas en lo que se refiere a filmes de catástrofes. La tecnología Sensurround, desarrollada por los estudios Universal, permitía a los espectadores experimentar movimiento gracias a sonidos de baja frecuencia cuyas vibraciones podían sentirse intensamente dentro de la sala con el fin de hacer más emocionantes algunas escenas de películas como Terremoto. También se ocupó en varios otros filmes de la década hasta quedar en desuso por ser inconveniente para muchas salas, que vieron sus estructuras agrietadas o afectadas de otras formas por las intensas vibraciones del sistema de sonido.
Durante todo este tiempo, los cineastas y dueños de salas también experimentaron con diferentes otras técnicas que se han ganado un infame lugar en la historia del cine. Algunos de estos ejemplos son la película House on the Haunted Hill (1959), de William Castle, en la que un esqueleto falso ("Emergo") aparecía desde el techo para asustar a los espectadores, o el rústico dispositivo "Percepto", que generaba una vibración electrificante entre algunos asientos de la sala durante la exhibición de la película de monstruos The Tingler, también en 1959.
La misma tecnología que da vida al 4DX, como los lanzamientos de agua, aire y luces, también tiene su origen en los parques de diversiones, especialmente en parques como Epcot de Disneyworld o Universal Studios, cuyas tecnologías de despliegue de videos en formato ancho -el que usa el 4DX- y sincronización con efectos sirvieron como inspiración para el desarrollo de esta nueva plataforma cinematográfica.
El boom de los cines a medida
La llegada del cine 4DX continúa cumpliendo con la demanda del mercado chileno por más y más alternativas a la hora de disfrutar un estreno. La tendencia que comenzó con las llamadas "Salas Premium" y más tarde la adición del 3D a las últimas películas de Hollywood, también se ha visto complementada con nuevas y más exclusivas opciones enfocadas a integrarse de forma armónica con barrios y entornos específicos.
Uno de los mejores ejemplos de esto es el incluido en el futuro Centro Comercial Casa Costanera, el cual abrirá sus puertas a fines de 2014 y buscará entregar una oferta especialmente ideada para el sector de Nueva Costanera en Vitacura. El complejo de cines que ahí abrirá Hoyts contará con un cine de butacas de cuero, platos de primer nivel para acompañar la película e incluso valet parking.
El formato, que busca salirse de la opción de un mall común o un strip center, permite a los clientes tener una experiencia similar a la que se encontraría en centros comerciales de países de Europa o Estados Unidos, diferenciando también la oferta de películas como una opción a los éxitos familiares de Hollywood, centrándose en opciones para gustos más refinados. En el caso particular de los cines, este tipo de cadenas ha logrado tener un gran éxito en países como Inglaterra, donde empresas como VUE Cinemas y ODEON se han especializado en entregar un servicio con gastronomía exclusiva, asientos de alta calidad e incluso campanillas para llamar al servicio, recargas gratis de bebidas y servicio de bar abierto para una audiencia reducida. En el caso de Corea del Sur, donde se originó la tecnología, la misma cadena encargada del 4DX maneja una serie de salas de nombre "Cine de Chef", donde los espectadores pagan una suma equivalente a 50 mil pesos por cada una de las presentaciones.