La histórica visita del premier de Kuwait a Irak, la semana pasada, es vista por muchos como un buen síntoma de acercamiento entre ambas naciones y de que la vida continúa, tras 20 años del inicio de la primera Guerra del Golfo, que se cumplen mañana.
El 2 de agosto de 1990, Irak invadió a su pequeño vecino petrolero Kuwait, ocupándolo durante siete devastadores meses, donde las fuerzas iraquíes acabaron con la vida de más de dos mil civiles en el país costeño del golfo.
Siete meses después, el 17 de enero del siguiente año, una coalición de 31 naciones, liderada por Estados Unidos, desplegó la famosa Operación Tormenta del Desierto, una guerra de 40 días que arrasó con las fuerzas del entonces Presidente iraquí, Saddam Hussein.
Si bien la ocupación terminó hace ya 20 años y Saddam fue removido de Irak por Estados Unidos en 2003, la devastación de la guerra aún permanece en la memoria de los kuwaitíes. Es por esto que aún les es difícil suavizar las asperezas con su vecino país, donde hoy en día el 5% de sus divisas del petróleo se destina a un fondo de reparación para Kuwait.
En este contexto, la visita del premier kuwaití, la primera de un premier desde 1989, es vista por muchos como una señal de acercamiento que podría poner freno a los 20 años de resentimiento que aún vive en ambas naciones.