En un local de Patronato, tres adolescentes revisan los productos que hay sobre un mostrador. No superan los 15 años y su uniforme escolar delata que se pasaron ahí después de salir de clases. ¿Qué buscan? Libretas y stickers del grupo 2PM. "Es uno de nuestros grupos favoritos de K-Pop. ¡Los amamos!", aseguran, mientras miran los artículos donde aparecen seis cantantes de ojos rasgados, muy famosos de esta corriente de música popular coreana.
Para las escolares, ese local, el E-Mart, es lo más parecido al paraíso. Ahí también encuentran galletas, snacks y bebidas de ese país. "Aquí todos los productos son importados de ese país asiático: las anchoas, el pulpo congelado, las galletas con sabor a mariscos y las botellas de capuchino helado", relata una joven.
Este supermercado coreano se ha convertido en el principal atractivo del Paseo Santa Filomena, un bulevar comercial ubicado en la calle del mismo nombre -entre Patronato y Manzano- que abrió sus puertas en julio, pero que será inaugurado oficialmente a comienzos de septiembre.
En el barrio ya lo conocen como "el mall coreano". ¿La razón? Porque el 90% de sus locatarios son comerciantes de esa nacionalidad. Basta darse una vuelta por sus 57 tiendas para comprobarlo: los vendedores son todos chilenos, pero la mayoría de quienes están detrás de los mostradores y en la cajas tienen ojos rasgados. Es lo que sucede en el E-Mart: su dueño es An Chi Myo, quien llegó a Santiago hace 10 años desde Corea del Sur para hacer negocios. Hoy, se mueve entre su local de Patronato y Vitacura, donde vive con su familia.
En verde
En el Paseo Santa Filomena se vende principalmente ropa y accesorios importados desde China, pues "son pocas las fábricas que hay en Corea", asegura Alejandra Galleguillos, dueña de la tienda Peace y casada con un coreano.
Que se haya transformado en el primer centro comercial coreano de Santiago es pura casualidad. Cuando comenzó su construcción a fines de 2010, de inmediato despertó la curiosidad de los comerciantes de esta nacionalidad.
"Llegaron a preguntar en el momento en que se empezó a cavar el hoyo. Querían saber qué se haría ahí y al enterarse de que eran nuevos locales no lo pensaron y arrendaron en verde. Hoy, hay lista de espera para ocupar uno", cuenta Carlos Abusleme, uno de los tres socios de la inmobiliaria El Convento, que construyó el bulevar.
Pequeña Corea
Según la Cámara de Comercio de Patronato, de las 2.200 tiendas que hay en el barrio, 400 pertenecen a coreanos. "Han levantado una alternativa comercial muy atractiva. Eso hay que celebrarlo en vez de verlo como una curiosidad", plantea el arquitecto Antonio Lipthay, quien diseñó un plan maestro para el barrio.
Llegaron a La Chimba a comienzos de los 80, debido a lo favorable que era para ellos la crisis chilena del dólar. "Otra oleada importante se produjo tras el TLC con Corea del Sur, firmado en 2003", agrega Hwa Young Suh, director de la Colonia Coreana en Chile.
Desde entonces, han levantado no sólo tiendas, sino que también diversos servicios en el barrio, como iglesias, restaurantes y cafés, como el Patisseria, ubicado en Santa Filomena, donde se puede comer pan de maíz y baguette con papas.
"Aunque aseguran que venden poco, les va muy bien", cuenta una locataria que trabaja con ellos. "Antes vivían por acá, pero se han ido al barrio alto. Muchos tienen departamento cerca del Parque Arauco", remata Carlos Abusleme, quien también preside la Cámara de Comercio de Patronato.
CIFRAS
2.500 coreanos viven en Chile, la mayoría en Santiago, según la asociación que los reúne.
57 tiendas tiene el nuevo mall. También cuenta con patio de comidas y baños públicos.