Es difícil encontrar una serie más incorrecta que Shameless, versión estadounidense de una comedia negra inglesa del mismo nombre, que sigue la historia de los Gallagher, compuesta por seis hermanos y un padre alcohólico que sólo aparece en la casa cuando necesita dinero o ayuda. Mientras, ellos hacen lo que sea para salir adelante, y eso incluye robar o crear una guardería infantil manejada por una niña de 12 años. "Apuntamos a ofender a todo el mundo, no nos gusta dejar a nadie fuera", dice a La Tercera, entre bromeando y en serio Emmy Rossum, sentada en un hotel del Soho londinense.
La actriz de 25 años interpreta a Fiona Gallagher en la serie, la mayor de los hermanos y quien lleva las riendas de la familia. Su personaje, junto con el "patriarca", interpretado por William H. Macy (Magnolia), es el principal de la serie que mañana en la noche, a la 1 de la madrugada, inicia su segundo ciclo en I-Sat. Luego de esta semana, la serie pasará a ser emitida a la medianoche.
"Cuando empezamos sabíamos que estábamos haciendo algo distinto a lo que había en la televisión, y solamente esperábamos que la gente nos aceptara con toda la oscuridad que tiene la serie; que entendieran el humor y quisieran a la familia", analiza Rossum, ya con la tranquilidad de que la primera temporada de la comedia no sólo fue un éxito en la audiencia, sino que también fue alabada por la crítica. "Es emocionante que haya ocurrido así, pero es algo en que trato de no pensar mucho".
Nominada al Emmy
Una de las claves del éxito de la serie, que en 2011 fue nominada a un Emmy, es la actuación de Macy. "Es un honor trabajar con él, pero él no lo hace parecer así. Es muy humilde y tiene los pies en la tierra. De hecho, a veces nos pregunta qué nos parece como hizo una escena. Todos trabajamos de manera muy fluida juntos; de hecho, me preocupa mi próximo trabajo: no creo que vayamos a querernos tanto como lo hacemos ahora", asegura Rossum.
A pesar de estar basada en una producción británica, Rossum explica que con el correr de los episodios la trama se va separando de la historia original, lo que se acentuará en esta temporada: su personaje, por ejemplo, sigue siendo protagonista, mientras que en la versión británica para la segunda temporada ya no estaba. "Mientras la serie ha ido avanzando, hemos ido encontrando nuestra voz", dice, y afirma que no le complica la crudeza de la serie, sino que es una de las cosas que le llaman la atención. "Creo que si vas a mostrar asuntos como el alcoholismo y la pobreza, no tiene sentido volverlo algo glamoroso, y es así como se trata de abordar", remata la actriz.