Era uno de los más prolíficos historiadores de los últimos años y uno de los mayores especialistas en la Segunda Guerra Mundial. Incluso su libro Band of Brothers fue llevado exitosamente a la televisión y asesoró a Steven Spielberg en la película Rescatando al soldado Ryan. Stephen E. Ambrose, quien falleció en 2002, era considerado como el biógrafo oficial del ex Presidente de EE.UU. Dwight D. Eisenhower... hasta esta semana. El escritor está siendo cuestionado por, supuestamente, inventar muchos de los encuentros que dice haber sostenido con el ex gobernante y fabricar entrevistas enteras con él.
La polémica sobre Ambrose -que ha dejado en shock a la academia norteamericana- se suma a la que esta semana complica al historiador británico Orlando Figes, especializado en los secretos de la URSS y autor de Los que susurran, quien acaba de reconocer que, bajo un seudónimo, descalificó interesada y sistemáticamente los libros de sus colegas en las reseñas de Amazon, pero alabó su propia obra. Stephen E. Ambrose era considerado como una piedra fundamental en la divulgación de la labor de los "padres estadounidenses en el siglo XX". Pero los cuestionamientos en su contra han sido tan contundentes que es difícil que pueda recuperar el sitial que tenía.
En entrevistas de televisión, el autor de Supreme Commander, sobre la vida de Eisenhower en la Segunda Guerra (publicado en 1970, un año después de la muerte del ex Presidente quien fue comandante de las tropas aliadas en Europa Occidental en ese conflicto), dijo que estuvo "ciento y cientos de horas" reunido con el ex mandatario. Incluso, dijo que estuvo dos días enteros de una semana trabajando con Eisenhower en su oficina. Pero estudios recientes han encontrado contradicciones sobre esos encuentros. "Pienso que cinco horas (en total) es una estimación generosa del tiempo real que estuvieron juntos. Personalmente diría que estuvieron menos de dos o tres", declaró Tim Rives, subdirector de la Biblioteca Presidencial Eisenhower, en Abilene, Kansas, citado por el periódico británico The Observer.
Los archivos no mienten
El descubrimiento del posible fraude fue por accidente, cuando el museo trabajaba en una exposición sobre la relación entre Eisenhower y Ambrose. Rives encontró que los archivos mostraban que ambos personajes se habían reunido sólo en tres ocasiones, y nunca en solitario. Ambrose detalla en Supreme Commander seis encuentros con Eisenhower, pero en algunas de las fechas mencionadas el ex presidente estaba en otro lugar del país o reunido realmente con otras personas. Por ejemplo, el escritor sostiene que tuvo una entrevista con Eisenhower en Pennsylvania, cuando el ex gobernante estaba en Kansas. Los especialistas descartan que los encuentros entre el ex general y su biógrafo no hayan quedado registrados. "El transfondo de la historia surgió de ahí. Fue una sorpresa absoluta. No lo estábamos buscando, fue algo que pasó por accidente", declaró Rives.
Incluso, Ambrose aseguró siempre que fue Eisenhower quien le pidió al historiador que fuese su biógrafo, en 1964. Pero Tim Rives encontró cartas del historiador al ex Presidente en las que se presenta y le pregunta a Eisenhower si estaría de acuerdo en que él escribiera su biografía.
En todo caso este no es el primer escándalo que afecta a Stephen Ambrose. En 2002 fue acusado de plagio por su libro The Wild Blue. Su editor publicó una nota de disculpas, pero el autor dijo que quizá se le olvidó poner entre comillas algunos fragmentos breves de su libro.