El guitarrista Adrian Belew es protagonista de un caso extraño en el mundo del rock: una banda con dos guitarristas virtuosos donde no hay colisiones de egos. En un ambiente caracterizado por los celos profesionales y el orgullo musical, King Crimson se mantiene como modelo de supergrupo de pacíficas conciencias y objetivos claros. "Junto a Robert (Fripp) somos como dos lados de la misma moneda. Dos lados que siempre han sabido complementarse de la forma más constructiva posible", cuenta el guitarrista de Kentucky.
Con 60 años, Belew es un músico de excepción en el panorama musical contemporáneo y alguien siempre atento a buscar nuevas sonoridades en su instrumento. Como señaló el sitio especializado Allmusic, "un guitarrista increíblemente versátil". Músico de sesión de primera categoría, tocó junto a Paul Simon, Nine Inch Nails y Talking Heads. "Este último grupo me entregó libertad y diversión. Recuerdo, por otra parte, mi visita a Chile con David Bowie en 1990. Fue un gran concierto: uno no tiene todos los días la oportunidad de tocar con alguien como Bowie".
Belew maneja también varios proyectos paralelos a King Crimson."Cuando no estamos tocando con King Crimson, que es el grupo con el que me siento más ligado, estoy metido en otros proyectos. Ahora, por ejemplo, me encuentro en gira con Adrian Belew Power Trio, una suerte de King Crimson, pero despojado: solo guitarra, bajo y batería", explica el hombre que es, además, multi instrumentista y que con el mencionado trío se presenta este viernes, a las 19 horas, en el Teatro Nescafé de las Artes.
Belew dará rienda suelta en este recital a los temas que viene registrando con su grupo desde hace cinco años. "Esta banda es pequeña, pero suena realmente fuerte. Toco junto a dos hermanos: una chica en bajo y un muchacho en batería. Acabamos de sacar el último disco la semana pasada y se llama E", dice, quien agrega que a corto plazo ve difícil una reunión y gira junto a King Crimson.
"Todo depende de que Robert Fripp tenga una agenda más desocupada y de que coincida con la mía. Cuando tocamos, Robert aporta la guitarra más seria y disciplinada, de la escuela inglesa. Yo, que soy norteamericano, soy más libre y entrego un estilo más desenfadado y abierto", indica este músico que comenzó tocando junto a Frank Zappa y que prepara un disco con orquesta sinfónica para el 2011.
Con una formación autodidacta, Belew se crió escuchando a los músicos más brillantes de los años 60 y en principio buscó ingresar a la arena melódica post-Beatles. "Cuando conocí a los Beatles decidí que me dedicaría a la música. En ese tiempo quería ser un buen compositor de canciones. Pero luego vinieron todos estos guitarristas fabulosos, gente como Jeff Beck, Jimi Hendrix y Jimmy Page. En realidad después de escuchar a esos tipos era difícil que un chico de veintitantos años no quisiera ser guitarrista. Para mí, es y será siempre el mejor instrumento", concluye.b
RR