Señor director:
Cuando ya ha pasado un mes de las heladas, quisiera hacer algunos comentarios.
Somos productores, procesadores y exportadores de almendras de la VI Región (Rengo) y, en particular, no nos afectó esta onda polar, en un contexto en el que se perdió alrededor del 50% de la producción de almendras en Chile.
Esta onda polar tomó desprevenida a la mayoría. Muchos ni siquiera sabían que existían dos tipos de heladas: las radiativas y las polares. Es lamentable la poca información que manejan los agricultores chilenos, siendo el conocimiento la mejor defensa contra estas situaciones.
Es sabido que los humanos soportamos mejor las enfermedades estando 100% físicamente. Lo mismo pasa con los árboles frutales; si bien es difícil sobrellevar temperaturas entre 0 y 5 grados bajo cero en el estado fenológico en que se encontraban al momento de la helada, si el árbol está bien fertilizado, no tiene plagas y permanece bien regado (en ópticas condiciones) puede defenderse mejor de este tipo de problemas.
Es recomendable que se dedique más tiempo a los huertos en lugar de “cerrarlos”. Que se hagan ensayos, se mantengan un registro de heladas y así se pueda generar una agricultura de precisión.
Felipe Garrido
Técnico agrícola