La letra de una vieja canción de Loverboy, grupo canadiense de rock, hacía notar en 1981 que "todos trabajan para el fin de semana". Nada más cierto. Aunque parezca contradictorio, la expectativa del descanso es lo que mantiene activos a muchos trabajadores.
Ahora bien, hay descansos y descansos. Existen quienes se conforman con sábado y domingo. Aparecen el lunes con las pilas recargadas, listos para reemprender la tarea.
Otros, sin embargo, son más remolones. Prefieren y necesitan los reposos largos. En algunos países, la verdad es que la gente no trabaja para descansar, como sugiere la canción, sino que, al revés, parece interrumpir largos períodos de holgura con una cuota de trabajo.
Algo así ocurriría, por ejemplo, en Brasil y Lituania, donde, según la Guía Mundial de Beneficios y Empleo 2009, existen 41 días libres al año, entre feriados y vacaciones. Más atrás se ubican Francia y Finlandia, con 40 días de asueto, seguidos por España (36). Por el contrario, los que menos descansan son los chinos (21 jornadas al año) y los canadienses (19, lo que explicaría la ansiedad de Loverboy, originarios de Calgary).
Lo políticamente correcto sería decir que aplaudimos la ética laboral de chinos y canadienses y censuramos la flojera de brasileños, lituanos, franceses, finlandeses y españoles. Pero, seamos sinceros, lo cierto es que agradecemos no pertenecer al primer grupo y que desearíamos de todo corazón estar incluidos en el segundo. (IIS)







