Los jugadores caminan por el predio de Ezeiza sin mucho que hacer. Son las 11 de la mañana y les falta un buen rato para entrenar. No saben cómo matar el tiempo, porque a esa hora están acostumbrados a exigir su cuerpo en las prácticas. Diego Armando Maradona duerme plácidamente en su habitación y dicen que no aparecerá antes del mediodía ni aunque vinieran de perder el clásico con Brasil y la clasificación de Argentina al Mundial estuviera seriamente comprometida... Así fue: ayer, cuando todos esperaban que el trabajo se intensificara luego del desastre vivido en Rosario frente al "Scratch", el plantel tuvo la mañana libre y muchos ni siquiera fueron a desayunar, partiendo por el técnico...
Desde que Maradona se hizo cargo de la "Albiceleste" no existen las mañanas para la Selección. "(Carlos) Bilardo quiere hacer que me levante temprano, eso no lo va a lograr", dijo el adiestrador en tono de broma al asumir. La experiencia posterior, sin embargo, dejó claro que se trataba de una confesión y no de un buen chiste.
Esa es sólo una de las conductas que resultan incomprensibles de Maradona al medio argentino, que en un principio recibió con agrado a su gran ídolo deportivo como nuevo dueño de la banca de la "Albiceleste", pero que ahora no haya qué hacer para que se vaya. Sus constantes y repentinos cambios de opinión tienen desconcertados a los medios y a los hinchas. Incluso, ayer corrió fuerte el rumor de que si Argentina pierde con Paraguay, Maradona renunciaría. Y parece que nadie haría mucho por retenerlo...
El gigante que no fue
Las decisiones del técnico han sido erráticas. Por ejemplo, de él nació la idea de jugar con Brasil en Rosario, iniciativa que fue apoyada por el plantel. Sin embargo, llegó a la ciudad apenas la noche previa al partido, los jugadores no probaron la cancha hasta el mismo duelo y el arquero Mariano Andújar se enteró cuando ya tenía un gol en contra de que la iluminación del Gigante de Arroyito no era tan buena como él esperaba. Sus charlas, además, son básicas, sólo motivacionales, sin trabajar lo táctico. Improvisación pura.
Otra más: las constantes diferencias con sus asesores le han traído problemas. Con su ex amigo y compañero en México '86 e Italia '90, Sergio Batista, están distanciados. Por lo mismo, Maradona no usa como sparring a las selecciones menores, a cargo del "Checho", sino que lleva al plantel de Tristán Suárez, equipo del Ascenso, para entrenar. Con Bilardo la relación no es mucho mejor, pues básicamente no hay comunicación. Al "Narigón" le gustaría corregir algunos errores, pero no quiere pasar a llevar al DT; mientras que este último jamás le pide un consejo. Sí lo hace con sus ayudantes Alejandro Mancuso y Miguel Angel Lemme, pero ellos tienen tan poca experiencia como él. Y parece que también duermen hasta tarde...