Hasta el Palacio de La Moneda llegarán, mañana en la tarde, los senadores RN Alberto Espina y José García-Ruminot, junto a los PPD Jaime Quintana y Eugenio Tuma, para reunirse con el ministro del Interior, Andrés Chadwick.

De esta manera, todos los senadores de la Región de La Araucanía se sumarán a la ronda de reuniones que el secretario de Estado sostendrá el lunes con los timoneles opositores y oficialistas, para explorar la posibilidad de un acuerdo político amplio para buscar caminos de salida al conflicto mapuche. En la antesala, el jefe de la bancada de senadores de RN analiza la situación en la zona y asume que ha faltado mayor "coordinación" entre el oficialismo, el gobierno y la oposición.

¿A qué se debe, a su juicio, esta radicalización del conflicto en La Araucanía?

Los grupos radicalizados y extremistas han pasado a una nueva fase de terrorismo rural, que requiere una definición de Estado. A mi juicio, se produce un punto de quiebre con la creación del Area de Desarrollo Indígena (ADI). Eso es tomado por los grupos extremistas como un duro golpe, porque, por primera vez, un gobierno logra ganarse la confianza de un amplio sector de las comunidades mapuches. Y su primera advertencia de rechazo fue la quema de la casa del líder de la ADI, el lonco Juan Carlos Curinao.

¿O sea, usted cree que el gobierno no debiera hacer una autocrítica por la agudización de la crisis en la región?

La radicalización es producto del éxito de las políticas de este gobierno: ellos ven con impotencia que un gobierno de derecha sea capaz de implementar políticas de participación en el mundo mapuche, lo que les hace perder adeptos. El gobierno tiene que acentuar su trabajo en políticas de complementación con el mundo mapuche, pero el tema está radicado hoy en un punto distinto: la violencia. Y en esto se requiere un acuerdo político para tomar la decisión de enfrentarlo con toda la fuerza del estado de derecho. Hay una decisión pendiente, que es el momento en que el gobierno decida, si la situación se agudiza, decretar estado de emergencia.

¿Es una medida viable?

Hoy no se puede descartar nada a priori, porque sería una irresponsabilidad. Pero antes de una decisión de esa naturaleza, lo que resulta obvio es un amplio acuerdo de las fuerzas políticas para enfrentar a estos grupos violentistas sin ambigüedades, sin minimizar los hechos, sin señalar que se trata de situaciones aisladas y sin caer en la ingenuidad de creer que esto se va a resolver con asistencialismo con las comunidades mapuches.

¿Qué significa esta "nueva fase" de la que usted habla?

Teníamos una etapa en la que las quemas se producían fundamentalmente en galpones, camiones. Pero cuando se decide atacar propiedades privadas de loncos mapuches que participan en las políticas públicas impulsadas por el gobierno, cuando deciden quemar casas con un grado de crueldad infinita, es evidente que ellos se dan cuenta de que el gobierno les apuntó donde más les duele, que es lograr la participación de mapuches en el trabajo que desarrolla el gobierno.

¿Podría volverse incontrolable la situación?

Estos grupos violentistas no se van a terminar el día que finalice el gobierno de Piñera. El objetivo que ellos tienen es hacer ingobernable la región, tanto para este como para un próximo gobierno. Es evidente que esta es una situación que tiende a agravarse, si es que no hay un acuerdo político.

¿Cuáles son los márgenes de ese acuerdo político?

Primero, sobre las medidas de seguridad que hay que implementar. Paralelamente, establecer una profundización de las relaciones del mundo mapuche con las autoridades del gobierno. La urgencia es enfrentar los hechos de violencia. Si aquí hay algunos que van a cuestionar la aplicación de la Ley Antiterrorista, estamos muy mal.

¿Qué expectativas tiene de las reuniones de mañana?

Esto hay que abordarlo simultáneamente en dos frentes: la agenda político-social -que tiene el gobierno, pero que debe ser compartida por la oposición- y la agenda de seguridad ciudadana. Ha habido un déficit en la coordinación del trabajo con la oposición. Ahí hay responsabilidades compartidas.

El presidente del PS, Osvaldo Andrade, dijo que La Moneda no debe caer en un "frenesí represivo"...

Es que ese es el punto en el que yo digo que no se puede actuar con esa irresponsabilidad. El tiene que pensar que si el día de mañana ellos vuelven a gobernar, van a enfrentar el mismo conflicto. ¿Cómo evalúa las políticas de los gobiernos anteriores?

Hubo gravísimos errores: políticas, de entrega de tierras sin apoyo productivo, ningún apoyo en el desarrollo cultural de sus tradiciones. Y la prueba es el resultado electoral en La Araucanía, donde el mundo mapuche votó y castigó duramente a la Concertación.