"Salió largo, pero llegamos", dijo ayer José Vilugrón (52), el alcalde de Ercilla, Región de La Araucanía, luego de entregarle una carta a la Presidenta Michelle Bachelet, a través de la oficina de partes de La Moneda. Fueron casi siete horas de viaje, en bus, junto al consejero regional Juan Carlos Beltrán, para solicitarle a la Mandataria una audiencia urgente. "Mi comuna, según la última encuesta Casen, es la más pobre de Chile, con un 48,8% de vulnerabilidad social. Y me gustaría poder tratar con ella una serie de temas que se entrelazan y que ya no aguantan más, desde el agua, la conectividad y el fomento productivo hasta el conflicto mapuche", subrayó el edil UDI y oriundo de Chiguaihue, a 10 kilómetros de Pidima, en la misma Ercilla.

Todo lo que diga relación con el tema mapuche le resulta extremadamente cercano a Vilugrón. La comunidad de Temucuicui, de hecho, tanto autónoma como histórica, y que lleva años movilizada por reivindicaciones de tierras, queda a no más de cinco minutos de la ciudad misma de Ercilla. Literalmente, cruzando la carretera Norte-Sur.

Pese a todo, el alcalde asegura que "yo siempre me he llevado muy bien con el mundo indígena, con los lonkos y sus familias. La inmensa mayoría son personas valiosas y esforzadas. Y a veces, los hechos de violencia, por supuesto censurables, obedecen a demandas sociales".

¿Cuántas comunidades tienen?

Entre 40 y 45, de las cuales en conflicto, es decir las "duras", claramente son las menos. Podría contar a las dos de Temucuicui, una parte de Huañaco Millao, la Wente Winkul Mapu, Ralquilco, Los Lolocos y la comunidad José Guiñón.

¿Cómo ve la relación con ellas?

Estuvo muy encendida. Uno se acostaba y no sabías con qué te podías despertar. Ahora veo el tema un poco más calmado.

¿Influyó la compra y entrega de las tierras de René Urban?

Fue importante, porque creo que trajo paz a las partes. Tanto al señor Urban, que vendió en contra de su voluntad, ya que esos fundos eran parte de su patrimonio familiar, como a la comunidad, porque todo esto solucionó un problema que también es una deuda con el mundo indígena y con las dos comunidades de ese sector. Es una deuda del Estado de Chile con la cultura mapuche. Sin embargo, hay otras comunidades que, silenciosamente, se están tensionando.

¿Cómo ve el trabajo del intendente Francisco Huenchumilla?

Toda escoba nueva barre bien. El es un hombre bien intencionado, que tiene experiencia y que, aunque a veces no envíe los mensajes de la forma más indicada, conoce bien la realidad de la región. Claro que hay cosas que se escapan de sus manos. Por eso, necesita más apoyo del gobierno. Tiene entusiasmo y ha ayudado a traer paz, pero a veces lo veo muy solo.

¿Hay terrorismo en su zona?

Sí, puede sonar fuerte y algunos intentan negarlo, pero nosotros tenemos terrorismo y mucha violencia. Porque los atentados, las quemas de casas y de vehículos, los ataques, no son fruto de la delincuencia circunstancial. Son cosas concertadas. Creo que es un error no querer aplicar la Ley Antiterrorista. Aunque también tenemos varios otros problemas, algunos muy graves y de fondo.

¿Por ejemplo?

El abigeato es recurrente y nos preocupa mucho. Son ganados robados de Victoria y otras comunas que llegan a la nuestra. Quiero entender que es producto de la desesperación de la pobreza y para buscar una mejor condición de vida.

Ercilla tiene nueve mil habitantes...

Y nuestro desempleo pasa los dos dígitos. Vivimos en un enorme desamparo de la autoridad central. El presupuesto de la comuna es de $ 1.400 millones anuales y con eso hay que pagar sueldos, funcionarios, salud, educación y todo el tema de ayuda social. No nos alcanza, salvo para parar la olla.

¿En qué trabaja la mayor parte de los habitantes de Ercilla?

Casi todos se dedican a la microagricultura, pero más allá de ciertas forestales y de algunos trabajos para temporeros, hay muy poca inversión privada. Y una de las cosas que la alejan es justamente el miedo al conflicto mapuche. Se genera un círculo vicioso de pobreza. Y el agua es otro de nuestros problemas.

¿En qué sentido?

Es una de las cosas que permiten dimensionar cómo vivimos. Hemos gestionado varios proyectos de pozos profundos, pero no bastan. Los 365 días del año estamos llevando agua a zonas rurales en camiones aljibe, porque, de lo contrario, esas personas no tendrían.