Una disputa política entró en erupción entre Polonia y Rusia antes de la ceremonia que marca los 70 años desde la liberación de campo de la muerte de Auschwitz. Hoy se llevará a cabo el último gran aniversario en el que los ancianos sobrevivientes que quedan podrán presentar sus respetos en el lugar.
Fue ahí, en la Polonia ocupada, entre 1940-1945, que la Alemania nazi asesinó a un millón de hombres, mujeres y niños simplemente por ser judíos. El Presidente ruso, Vladimir Putin, asistió al último gran aniversario hace 10 años, como representante del último país que emergió del colapso de la Unión Soviética. Los soldados soviéticos liberaron Auschwitz el 27 de enero de 1945.
Pero la anexión de Crimea por parte de Rusia y su apoyo a los rebeldes separatistas que luchan en el este de Ucrania, han puesto a los organizadores de la ceremonia, el Consejo de Auschwitz, en una posición difícil.
Polonia ha sido uno de los críticos más agudos de la intervención de Rusia en Ucrania. "Los polacos estuvieron explícitamente no muy entusiasmados con la idea de que Putin viniera", dijo Konstanty Gebert, columnista del principal diario polaco, Gazeta Wyborcza, a la BBC.
El Consejo decidió enviar una invitación abierta a las embajadas, en vez de invitaciones individuales a los jefes de Estado y gobierno. "Hubiera sido incongruente tener a Putin en Auschwitz con su historial reciente. En general, la presencia de Rusia en las ceremonias de Auschwitz no sólo es indispensable sino que altamente deseable, y tiene que ser colocada dentro del contexto histórico tanto antes como ahora", agregó.
Rusia, como muchas de las naciones invitadas a los actos, está enviando un oficial de bajo rango y será representado por el jefe de personal del Kremlin, Sergei Ivanov.
Rol del Ejército Rojo
Esta inusual diplomacia se deterioró en una disputa pública cuando una emisora de radio polaca le preguntó al canciller, Grzegorz Schetyna, si era mezquino no invitar a Putin. El decidió responder dándole crédito a los ucranianos de liberar Auschwitz, más que al Ejército Rojo de la Unión Soviética.
Moscú estaba indignado, diciendo que era hora de dejar de "ridiculizar la historia" y participar en la "anti histeria rusa". El canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que los comentarios de Schetyna eran "blasfemos y cínicos".
Apuntó que Auschwitz fue liberado por el Ejército Rojo que consistía de rusos, ucranianos, chechenos, georgianos y tártaros.
Auschwitz fue liberado por el Primer Frente Ucraniano del Ejército Rojo que ciertamente incluía tanto a ucranianos como a rusos. Maj Anatoly Shapiro, un judío ucraniano, dirigió el batallón que peleó durante su camino hacia el campo de concentración.
El viernes, Schetyna insistió en que tenía razón porque, según dijo, era "obvio" que un Ejército Rojo multiétnico liberó Auschwitz, pero había sido de hecho un oficial ucraniano, Igor Pobirchenko, cuyo tanque fue el primero en traspasar las puertas del campo.
"La conclusión es que esto se trata más de recordar el pasado, que de debatir sobre el presente, y mucho menos sobre el futuro, y realmente debería ser sobre los sobrevivientes y no sobre los políticos de hoy", dijo Konstanty Gebert.