Cuando Isabel González (59) entró a la universidad, su nieto mayor la molestaba porque era mechona. Ella va todos los martes y jueves a aprender inglés al U3E, Centro de Estudios Universitarios para la Tercera Edad de la U. Mayor. Pero no es su única actividad. Los lunes tiene pintura, los miércoles va a otro curso y los viernes a pilates. Entre los espacios libres que tiene en su agenda aprovecha chatear por Facebook o hace videoconferencia con alguno de sus cuatro nietos.
En camino viene el quinto nieto, y la madre de la guagua, su hija, ya está avisada: Isabel le dijo que si quiere puede supervisar, algunos días, a una nana, pero ella no va a cuidar a su nieto. "Yo tengo tantas cosas que hacer, que no quiero suprimir las actividades que me llenan la vida por cuidar a los nietos; esa etapa ya la pasé con mis hijos. Por mucho que los amo, a esta edad me estoy dando mis gustos y disfruto a los nietos, pero a mi manera", dice.
Los adultos que son abuelos, son cada vez más como Isabel. Y la abuela de cuento, esa de la imagen de mecedora, tejido y rodeada de nietos que escuchan una historia, está en franca retirada. El aumento en las expectativas de vida y la calidad de vida produjo un cambio en la forma de relacionarse con los nietos: hoy no se sienten sólo abuelos.
Según Daniela Thumala, sicóloga especialista en envejecimiento y vejez, este cambio es normal en sociedades que se modernizan, donde ya no hay un solo patrón en cuanto a roles, y así como el papel de la mujer ha cambiado, el de los abuelos también. "Son personas que están en la plenitud de su vida, donde ser abuelo es una actividad más, pero no necesariamente su actividad vital", dice.
En esos términos, se entiende que menos de la mitad (46%) crea que es obligatorio cuidar a los nietos si sus hijos lo necesitan, según la Encuesta Nacional Calidad de Vida en la Vejez 2010.
Primero yo
Gran parte de los adultos mayores de 60 años están enfocados en pasarlo bien. Así lo comprobó el estudio La Radiografía del Senior Chileno, de la Escuela de Administración de Servicios de la U. de los Andes. En ella, el 43% de los encuestados fue clasificado como "gozador", es decir, como personas que tienen más disponibilidad de tiempo libre y satisfacción de su vida. Según Isidora Vicente, investigadora del estudio, el mayor porcentaje de este grupo lo constituyen las mujeres. "Ellas se sienten con una sensación de libertad debido a que ya finalizaron sus funciones de criar y creen que ahora es el momento para ellas. Por eso efectúan actividades que antes habían postergado". Según el mismo estudio, el 49% ha realizado o realiza cursos. Gisela González, geriatra de la Clínica Santa María, explica que gradualmente la sociedad está reconociendo en los adultos valores que antes no se apreciaban y por lo tanto hay más ofertas para que ellos aprovechen su tiempo.
En los talleres del Programa Adulto Mayor de la UC, en los últimos 10 años, aumentaron en un 20% su matrícula y en U3E han tenido 2.500 alumnos mayores de 50 años en diplomados a distancia y 800 en clases presenciales en tres años.
Pero que los adultos mayores se estén enfocando en sí mismos, no significa que se esté deteriorando la relación con sus nietos. Al contrario, según lo que ellos mismos dicen: el 92% se siente satisfecho o muy satisfecho con la relación que tiene con sus nietos, según la encuesta de calidad de vida.
En esos términos, Isabel dice que los niños han cambiado y que por lo tanto los abuelos también tienen que cambiar. "Una abuela de ahora tiene que ponerse a la altura y a la vanguardia, porque si no, sería la abuela latera", dice.
Algo parecido le pasa a Gema Dupré (55). Sus cinco nietos prefieren llamarla Mema. Ella no se siente abuela y a ellos tampoco les calza llamarla así. Es que Gema usa jeans y zapatillas, sale con ellos a andar en bicicleta, los pasa a buscar al colegio para tomar un helado y encumbra volantines. Es a la bisabuela a quien consideran "la abuelita", por tener el pelo blanco y verla frágil. "Con mis nietos tenemos una relación de confianza y de complicidad, algo que no se imaginaba en mis tiempos", dice.
Hoy no puedo
Los hijos de Natascha Vilches (75) tienen claro que antes de organizar cualquier encuentro tienen que preguntarle a ella cómo está su agenda. Por sus ensayos de teatro en la U. Católica, más de una vez tuvo que decirle a su hijo que no podía cuidar a los nietos. No hay conflictos, dice ella.
Para Gema, en cambio, no fue tan fácil. "Ahora lo entienden, pero a mis hijas les costó entender que yo tenía mi agenda y que no podía organizarme a última hora para cuidar a mis nietos. En mi grupo de amigas comentamos que hay hijos que creen que por ser abuelas hay que dedicarse sólo a los nietos", dice.
Una inquietud que un estudio de Reino Unido corroboró: algunos abuelos sentían la presión de cuidar a los niños, sobre todo si su hija trabajaba, y aunque siempre estaban dispuestos a ayudar, en más de una ocasión dejaron en claro que querían tiempo para ellos.
Para Thumala es conocido el que algunos hijos no comprendan este cambio de rol. Aunque hay muchos que aplauden la iniciativa, otros sienten frustradas sus expectativas. Eso sucede, explica, por la concepción estereotipada del rol de abuelo. En el estudio de la U. de los Andes se encontró que la imagen que tienen algunos sobre el adulto mayor es que tienen ánimo decaído, son apegados a tiempos mejores y con pocas actividades. En la encuesta sólo el 25% de los adultos mayores de 60 años se reconocía como tal. Nada más alejado a la realidad.