Necesitó sólo un puñado de apariciones en el cine y en Broadway para llamar la atención. Para comprobarlo sólo basta un dato: Anna Kendrick (24) recibió una nominación al Tony, el premio más importante del teatro en EE.UU., a los 12 años. Pero su consagración llegó este año, gracias a su rol Amor sin escalas (la peor traducción del año para Up in the air), actualmente en cartelera, donde comparte pantalla con George Clooney y por la que está nominada al Oscar como mejor actriz secundaria.
Interpretando a una psicóloga que es contratada para implementar un nuevo sistema de despidos (en la era del videochat), Kendrick se roba las escenas en las que aparece, mezclando ingenuidad y tenacidad por partes iguales.
Kendrick, además, añade credenciales de taquilla a su carrera con su papel en la saga Crepúsculo, que reeditará en junio con el estreno de la próxima cinta, Eclipse. Y como para confirmar su buen momento, sus próximos proyectos son dos comedias con los actores jóvenes ascendentes de moda en Hollywood: Michael Cera (Supercool), con el que estará en Scott Pilgrim vs. the world, y Seth Rogen (Ligeramente embarazada) en I'm with cancer.