UNO DE los hitos de Santiago es el cerro San Cristóbal. Con el tiempo, este lugar se ha transformado en un punto de encuentro y de esparcimiento para miles de familias capitalinas que lo visitan especialmente los fines de semana. En este enclave se encuentran verdaderos emblemas de la ciudad, como son la estatua de la Virgen ubicada en el terrenos pertenecientes al Arzobispado de Santiago y el Parque Metropolitano, donde se sitúa el zoológico.

Sin embargo, los atractivos que ofrece este lugar se ven en cierta medida empañados por la existencia de múltiples antenas de radiodifusión que alteran el entorno y causan contaminación visual. Estas instalaciones están ubicadas en distintos puntos del cerro y particularmente en el área donde se encuentra la imagen de la Virgen. Si bien la instalación de estos artefactos está permitida por la actual normativa (que sólo exige que estén a una distancia prudente de los vecinos), es importante resguardar la belleza de uno de los íconos de la ciudad. Por ello, sería oportuno -como de hecho se ha ido haciendo en el último tiempo- reducir la presencia de antenas que afean el paisaje y restan atractivo visual al lugar. Hasta ahora, la justificación para que se mantengan en ese sitio es que el cerro entrega un punto privilegiado para la operatividad y buen funcionamiento de las mismas. Es esta una justificación razonable, pero sería conveniente analizar alternativas para su relocalización.

Una de las propuestas que existen es unificar en una torre todas las antenas existentes, medida que ya se adoptó anteriormente en el sector de la Virgen, con lo que disminuyó su número. Asimismo, se espera que el cambio al sistema de televisión digital permita una nueva reducción.

Cualquier medida que se adopte, incluso trasladar las antenas a otra zona de Santiago, debe privilegiar la armonía estética de este lugar para el beneficio de todos los capitalinos.