El gobierno del Presidente brasileño Lula da Silva recibió un duro golpe al no lograr evitar la instauración de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) en el Senado para pesquisar las denuncias por licitaciones fraudulentas y corrupción contra Petrobras. Según analistas, el pedido de instauración de la CPI se debe a un "descuido" del gobierno y a la "rebelión" de los aliados del mismo.