"Hasta el jueves pasado estábamos matriculando a nuestros hijos para el próximo año", cuenta Francisca Navarrete, apoderada de la escuela El Abrazo de Maipú, en dicha comuna. La mujer recuerda que habían escuchado el rumor de que el colegio podía ser cerrado, pero que las autoridades del establecimiento subvencionado, que acogía a 436 alumnos, siempre negaron tal acción.
Una sala de la escuela fue dispuesta para que los apoderados inscribieran a sus hijos en los 26 colegios municipales de la comuna. En el diario mural del establecimiento sancionado hay algunos carteles, donde los alumnos piden que el colegio no sea cerrado y los padres solicitan que se transforme en un colegio municipal. "Queremos que los niños vuelvan acá, algunos vienen llorando al ver que se cierra el colegio", cuenta una apoderada.
El superintendente Manuel Casanueva admite que este es un proceso "delicado", que las sanciones se toman ahora para evitar que en marzo los padres se enteren a último momento y que han trabajado en ir a explicar a los apoderados lo que pasa, aunque "hay sostenedores que nos han complicado la vida y no nos han permitido hablar con los apoderados para darle a conocer las observaciones encontradas".