La "Blanca Casona", como se conoce al edificio que cobijó en Valparaíso a la primera Escuela Naval del país, ha "envejecido". Han transcurrido 126 años desde que se inició su construcción y "la edad" comienza a notarse en sus muros, tejados y vigas. En la Armada quieren dar nuevos aires al inmueble donde se formaron los oficiales entre 1893 y 1967 y por eso están desarrollando un proyecto de rehabilitación del histórico edificio, que incluye la ampliación y acondicionamiento del Museo Naval, ubicado en el recinto.
La iniciativa -bajo sello Bicentenario- contempla un reordenamiento organizacional en la institución, que se traduce en la reubicación del Comando de Operaciones Navales, cuyas instalaciones ocupan el acceso principal y casi la mitad del edificio del cerro Artillería.
Esta modificación -que se ejecutará durante los próximos dos años- liberará los dos niveles y sus 11 mil metros cuadrados de superficie total para ser utilizados por el Museo Naval -ahora ubicado a un costado del edificio- y permitirá desarrollar en el sitio un trabajo de acondicionamiento y ampliación.
"Lo primero es resguardar la preservación del edificio, que ha sido bien conservado, pero hay que intervenirlo para asegurar su permanencia en el tiempo, porque la construcción en sí es un museo y parte de la historia naval del país", explica el contraalmirante Cristián del Real, director del Museo Naval.
Para ello, los trabajos incluyen el recambio y mejoramiento de vigas, muros, suelos y refuerzo de la techumbre del edificio, que se ubica a un costado del Paseo 21 de Mayo y a pasos del ascensor Artillería.
En paralelo, la iniciativa contempla ampliar a todo el primer nivel la secuencia de salas de museología y construir, al menos, tres nuevas, para totalizar 20 salones de exposición, además de una cineteca, cafetería y una sala de ventas de souvenir. Además, se integrarán elementos nuevos en los patios interiores, como escaleras que evocarán el portalón de los buques.
"Una vez que el edificio se destine únicamente al museo, la idea es concentrar la muestra en el primer piso para facilitar el recorrido. Las salas tendrán elementos más modernos en materia de iluminación y exhibición, propios de los museos internacionales, pero en sus exteriores se mantendrá la característica patrimonial del edificio, que no puede alterarse", añade Del Real.
Museo renovado
También se modificará el guión museográfico, con la incorporación de nuevas áreas de exhibición, entre ellas, la historia comercial marítima del país, la Antártica e Isla de Pascua, que se sumarán a los 3.000 elementos (uniformes, maquetas, armamentos) que conforman la colección tridimensional del museo, además de documentos, libros y reliquias recientemente donados, como los sillones de José Miguel Carrera y cartas de Lord Cochrane.
Otro de los cambios más llamativos en el diseño proyectado para el edificio es la eliminación de los cierres perimetrales, lo que permitirá un tránsito fluido de visitantes que recorren el sector, uno de los más turísticos de Valparaíso por la vista panorámica hacia la bahía y el anfiteatro.
Del Real explica que la ejecución de los trabajos se habían proyectado inicialmente para 2011, pero que, producto del reciente terremoto y la priorización de los daños ocasionados en instalaciones de la Armada, sufrirá un retraso.
"Esta obra, que transformará el recinto en un nuevo Museo Marítimo Nacional, tiene un costo cercano a los 10 millones de dólares. Estamos pensando que se atrasará unos dos años, porque el financiamiento vendrá a través de la Ley de Donaciones Culturales y las empresas que normalmente colaboran están actualmente abocadas a la recuperación del país, que es una prioridad", señala el director del recinto.