La trayectoria de Chris Kyle como miembro de la unidad Charlie de los Navy Seals (fuerza de elite de la Armada estadounidense) lo convirtió en el francotirador más letal en la historia de las tropas norteamericanas, al matar a 150 insurgentes en Irak, según cifras oficiales del Pentágono. Sin embargo, este sábado los papeles se invirtieron. Kyle (38) se convirtió en el objetivo de un ataque con arma de fuego ocurrido en un campo de tiro ubicado en Glen Rose -estado de Texas- que le costó la vida a él y a un amigo de 35 años, identificado como Chad Littlefield.
Tras el incidente, fuentes policiales informaron que fue arrestado Eddie Ray Routh, de 25 años, acusado de cometer los asesinatos, aunque hasta ayer se desconocían las motivaciones del ataque. Este se registró a las 15.30 del sábado, momento en que Routh habría realizado varios disparos contra sus víctimas, para posteriormente huir en una camioneta hacia su casa en Lancaster, cerca de Dallas. La policía dio con su paradero la noche del sábado.
Chris Kyle fue enviado cuatro veces a Irak, a partir de 2003, donde demostró su precisión y efectividad. Eso, a tal punto que es considerado una verdadera leyenda por sus compañeros de armas. Fue tal el temor que infundió entre los rebeldes iraquíes, que éstos lo apodaron "el demonio de Ramadi" y llegaron a ofrecer una recompensa de US$ 20 mil dólares por su cabeza.
Una de sus hazañas más famosas sucedió en marzo de 2004, en las cercanías de Bagdad, cuando a casi dos mil metros de distancia alcanzó a un insurgente que se aprestaba a atacar un convoy estadounidense.
Kyle pasó a retiro en 2009 y fue condecorado por su labor. Luego formó su propia empresa de entrenamiento y seguridad. El año pasado publicó el libro autobiográfico American Sniper, en el que relata sus inicios como francotirador y las misiones que debió cumplir en la guerra de Irak.
Su temple quedó reflejado en una entrevista que le concedió el año pasado a la revista Time, en la que defendió su labor en el país árabe y argumentó que matar insurgentes significaba salvar la vida de muchos de sus compañeros. "La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas matar. Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como tales. No me preguntaba si tenían familia. Sólo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo", indicó en esa ocasión.
Kyle se transformó en un ícono militar tras superar la marca de Adelbert Waldron, quien durante la guerra de Vietnam abatió a 109 enemigos. No obstante, el ex Navy Seals siempre aseguró que su cifra era mayor a la registrada oficialmente, ya que sólo en la batalla de Faluja, a fines de 2004, mató a 40 rebeldes iraquíes.
Kyle nació en Texas y aprendió a disparar desde muy niño, cuando acompañaba a su padre a cazar. Al momento de su muerte estaba casado y tenía dos hijos.