Los mismos productores lo reconocen: el tema del asesinato del Presidente estadounidense John F. Kennedy se ha tocado hasta el cansancio. Decenas de películas, libros y documentales han abordado lo ocurrido el 22 de noviembre de 1963 y sus consecuencias. Pero los responsables de JFK: Tres disparos decisivos, que History Channel (señal 42 de VTR y 354 de Movistar) estrena mañana a las 22 horas, intentaron darle un nuevo ángulo al hecho histórico. Y lo hicieron con una estructura atípica para un documental televisivo: contar lo sucedido sin narradores ni entrevistas, sólo apoyándose en grabaciones de imágenes y sonidos de la época, y en algunos textos en pantalla que sirven de punto de referencia al espectador.

"Hicimos algo parecido antes, con otro evento que todo el mundo pensó estaba muy bien cubierto y que se creía que no había nada más que decir: 9/11. Pero lo distinto que tuvo ese programa es que nadie había tomado el video y audio grabado ese día y lo había armado de manera de convertirlo en una experiencia que te sumergiera en lo que pasó, sentir que uno es testigo de todo", cuenta Nicole Rittenmeyer, productora de JFK: Tres disparos decisivos a La Tercera haciendo referencia a su anterior documental, 102 Minutes that changed America. Y sigue: "El único otro evento de este tipo en la historia reciente fue el asesinato de Kennedy, donde, poco a poco, todo lo que pasó en esas 48 horas quedó registrado. Y, claro, mucha gente nos preguntaba qué hacía que esto fuera especial, pero cuando lo ves, sientes y experimentas lo mismo que la gente en ese momento".

Rittenmeyer explica que quisieron dar un punto de vista neutro a los acontecimientos, "para que la gente saque sus conclusiones", en vez de adscribir a alguna de las populares teorías de la conspiración que circulan sobre el magnicidio. "El asesinato se convirtió en esta cosa gigantesca e icónica que está envuelta en conspiraciones e intrigas. Está tan enredado, después de años de disección, que la gente pierde de vista cómo fue estar ahí en ese momento. Revivir eso era una de las metas del filme", explica la productora. Y agrega: "Quisimos tomar el material y armarlo para que la gente se sumerja en el momento. No tratando de decirle al público qué pensar: dejamos que decidan".

El equipo del documental, que se extiende por cuatro horas, trabajó durante un año y acumuló cerca de 400 horas de material sobre las 48 horas posteriores al asesinato. La primera parte se enfoca en la muerte de Kennedy y, dos días después, de su supuesto asesino, Lee Harvey Oswald. Mientras la segunda sección se dedica a las consecuencias, especulaciones y explicaciones que se dieron. Todo, sin narración ni ningún otro aderezo más que la música. "Todos hemos visto las imágenes tantas veces que empieza a perder impacto, entonces lo difícil era presentar el material de manera que se sintiera fresco y contingente", cuenta Rittenmeyer. Para ello, optaron por no mostrar los momentos más reconocibles, sino que privilegiar material de archivo menos visto.