Más de 60 personas se reunieron ayer en el Salón O'Higgins del Ministerio de Relaciones Exteriores, lugar donde se realizó el acto de reparación a la jueza Karen Atala por parte del Estado chileno. La ceremonia era una de las medidas requeridas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para enmendar el daño sufrido por la magistrada, luego que en 2004 la Corte Suprema justificara, sobre la base de su orientación sexual, la entrega de la tuición de sus hijas al padre de éstas.
La subsecretaria de Justicia, Patricia Pérez, fue la encargada de dar inicio al acto, mediante una lectura de las garantías que violó el Estado de Chile, según la resolución de la corte: los derechos de igualdad y a la no discriminación, además de una violación al derecho a la vida privada. Tras la lectura de la sentencia que entregó la CIDH en marzo pasado, una orquesta entonó en vivo la canción Non, je ne regrette rien (No, no me arrepiento de nada), de Edith Piaf, tema que habría sido pedido por la propia jueza, según los organizadores.
"Esta sentencia viene a dignificar a todas aquellas madres lesbianas y padres gays que han debido soportar estigmas, conculcaciones de sus derechos y el reproche social por su condición, o han tenido que invisibilizar su vida afectiva por temor a perder la custodia de sus hijos", dijo Atala en su discurso.
Atala aprovechó de cuestionar la resolución de la Corte Suprema que le quitó la tuición de sus hijas en virtud de su orientación sexual. De hecho, en varios puntos de su discurso se le vio mirar fijamente a los ojos al presidente de la instancia, Rubén Ballesteros: "No se condice con un Estado laico imponer principios morales o religiosos respecto a lo que es correcto o incorrecto", dijo. El magistrado, en tanto, evitó referirse al fallo y aseveró que acudió a la ceremonia a título "personal".
Respecto del daño provocado por la sentencia, la jueza Atala enfatizó que con sus hijas "fuimos vulneradas, aun cuando la Constitución dice que somos libres en derechos". En este sentido, dijo que "urge modificar la legislación en materia de tuición. Debe haber igualdad entre los padres". Finalmente, agradeció la presencia de los tres poderes del Estado, así como el apoyo de ONG y de Emma de Ramón, su ex pareja, presente en el acto.
Por su parte, el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, destacó el "rápido" cumplimiento a la sentencia de la corte, la que, a su juicio, "recalca el compromiso del gobierno y del Estado chileno en el combate continuo y progresivo contra todas las formas de discriminación". En este contexto, destacó la entrada en vigencia de la llamada "Ley Zamudio".