Señor director:

Desde el Consejo de Autorregulación y Etica Publicitaria (Conar) fuimos protagonistas de un caso que marcó un punto de inflexión en nuestra labor de velar por las buenas prácticas de la industria.

Gracias al respaldo de la Corte Suprema, se validó la importancia de la corporación por calificar éticamente piezas publicitarias y determinar su circulación pública de acuerdo a las normas del Código Chileno de Etica Publicitaria.

El año pasado, recibimos un requerimiento por parte del Ministerio de Salud, relacionado con la publicidad de un multivitamínico del Laboratorio Pfizer que, de acuerdo a la cartera, podía inducir a errores en el comportamiento alimenticio de sus consumidores, dado que sugería que su ingesta podría reemplazar una dieta balanceada.

Luego de que el Conar resolviera que el comercial no debería seguir transmitiéndose, la multinacional pretendió desconocer el dictamen, presentando un recurso de protección ante los tribunales de justicia. Sin embargo, la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema rechazaron el recurso por improcedente, lo que interpretamos como un reconocimiento a la labor de autorregulación que cumple el Conar en favor de una publicidad socialmente responsable.

La autorregulación -entendida como el conjunto de normas que, más allá del cumplimiento de la ley, la industria se impone y acata- es fundamental para el desarrollo de la publicidad chilena, ya que su principal rol es el de incentivar las buenas prácticas publicitarias y contribuir a que esta industria sea sustentable, es decir, que preserve la confianza del público y que, como consecuencia, subsista y se desarrolle como industria. Por esta razón, el respaldo de los tribunales de justicia a nuestra labor es tan importante y enriquecedora para la disciplina.

Ignacio Astete

Director Ejecutivo de Conar