Desde principios de octubre se están realizando trabajos de conservación en la Iglesia San Francisco, de Castro, capital de Chiloé. En las obras se han invertido $ 101 millones, financiados por la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), que consideran el mejoramiento del sistema eléctrico y la renovación de la pintura exterior del templo, deteriorada por la lluvia y el viento.
El templo, que acaba de cumplir 100 años en octubre, es punto de encuentro para fieles y turistas, en una de las ciudades más pintorescas del sur de Chile.
En 2008 se realizó el último trabajo de conservación del recinto, ocasión en que se mejoró la estructura de las torres y entretechos.
Pero una restauración mayor aún se encuentra pendiente, según explicó el párroco Fernando Candia: "Vamos a intentar conseguir financiamiento para hacer reparaciones estructurales más profundas, que tienen que ver con un reforzamiento de las vigas interiores de la iglesia".
Deterioro
El director de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé, Cristián Larrere, puntualizó que este templo, ubicado frente a la plaza de Castro, a diferencia de las otras iglesias patrimoniales del archipiélago de Chiloé, no ha tenido una restauración completa.
Según un estudio realizado por la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé, hace tres años existe un debilitamiento de la estructura, debido a factores medioambientales.
"La lluvia, el viento, los insectos son elementos que han ido dañando la Iglesia de Castro. No corre riesgo de derrumbe, pero sí es necesario un trabajo mayor en el mediano plazo", argumentó Larrere.
Añadió que ésta "presenta un importante grado de pudrición en la madera de algunas zonas de la construcción, que pueden generar problemas mayores. El agua ha ingresado a la madera, traspasando las latas que cubren la iglesia".
Para las obras se requieren, al menos, $ 1.500 millones, y la mencionada fundación ya se encuentra preparando un nuevo proyecto para solicitar una autorización ante el Consejo de Monumentos, para intervenir la infraestructura.
Mientras se espera una restauración mayor, continúan las obras de pintura, que buscan darle un nuevo rostro a la construcción centenaria, con colores fuertes: amarillo, morado y rojo. Los trabajos ya se encuentran avanzados y se proyecta que concluyan a fines de diciembre.
Estilo neogótico
Esta imponente edificación data de principios del siglo XX y tiene características que la diferencian de las iglesias típicas chilotas, debido a su estilo neogótico.
Su construcción comenzó en 1910, luego de que el antiguo templo de la ciudad fuera destruido por un incendio, en 1902. Finalmente, en 1912, los chilotes pudieron contar con una nueva iglesia, de 1.300 metros cuadrados, torres de 42 metros de altura y capacidad para más de 400 personas sentadas.