A las 9.30 horas de ayer, la Presidenta electa, Michelle Bachelet, bajó hasta el lobby del hotel Meliá Cohiba en La Habana para dar inicio de manera oficial a su participación en la Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac).
Antes, en el viaje rumbo a la capital cubana, el Presidente Piñera invitó a su sucesora a cenar junto al canciller Alfredo Moreno y su también sucesor, donde abordaron, entre otros temas, la cita con Humala.
Ya en tierra, la futura mandataria convocó a su habitación al recientemente designado canciller Heraldo Muñoz y su jefa de Protocolo, Gloria Navarrete. Ambas autoridades son las únicas personas que acompañaron a Bachelet en su visita a Cuba, la que fue su primera actividad de carácter internacional tras ganar la segunda vuelta presidencial el 15 de diciembre pasado.
Así, los tres integrantes del futuro gobierno se trasladaron hasta el centro de convenciones Pabexpo, en el lado oeste de la isla, lugar que recibe a la cumbre.
De manera paralela, el Presidente Sebastián Piñera se trasladó hasta la Arquidiócesis de La Habana para reunirse con el cardenal disidente Jaime Ortega Alamino.
Fuentes cercanas a Bachelet confirmaron que la presidenta electa optó por no realizar una agenda paralela a la de Piñera durante el desarrollo de la cumbre.
Aunque Bachelet evaluó con su equipo la posibilidad de realizar algún encuentro bilateral, la idea fue descartada para no interferir en la agenda del Presidente Piñera.
De hecho, desde la Cancillería cubana se realizaron gestiones para evaluar un posible encuentro entre Bachelet y Fidel Castro, quien mantuvo una activa agenda en la cumbre: se reunió con la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández; la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, y la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson-Miller.
Así, Bachelet sólo participó del encuentro bilateral que sostuvo Piñera con el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, además de la cita conjunta con el Presidente de Perú, Ollanta Humala (ver págs. 2-3).
Sin embargo, la mandataria electa sostuvo una serie de conversaciones informales por los pasillos del recinto con los mandatarios presentes, quienes de acercaron a saludarla y felicitarla por su retorno a La Moneda.
Pese a ello, fuentes diplomáticas confirmaron que su jefa de Protocolo desplegó intensas gestiones para garantizar la asistencia de los jefes de Estado asistentes a la cumbre a la ceremonia del cambio de mando programada para el 11 de marzo.
Durante los últimos días, la Cancillería recibió la confirmación de Dilma Rousseff, que se suma a la de Cristina Fernández, quien fue la primera en asegurar asistencia.
Bachelet y su equipo de Cancillería han diseñado un completo plan para recibir a los mandatarios que arribarán a Santiago: sostendrá encuentro bilaterales y una cena de recepción durante su primer día de gobierno.
Navarrete fue la encargada de dar inicio a la coordinación de estas futuras reuniones.
Cercanos a la futura presidenta confirmaron ayer que durante los primeros meses, Bachelet concentrará sus esfuerzos en "recomponer lazos" -tal como expresó hace unos días el designado canciller Muñoz- con los países de América Latina, con especial énfasis en el Cono Sur.
Así está planteado como prioridad, además, en su programa de gobierno.
De hecho, si bien no estaba contemplado que interviniera en Celac, los mandatarios reunidos en el plenario le pidieron que expresara un saludo en el que agradeció la invitación del Presidente Piñera y reconoció el carácter tradicional del gesto, pero, además, ratificó el nuevo rumbo que tomará la política exterior del país durante su gobierno.
"(Quiero) ratificar mi compromiso con este instrumento, mi compromiso con América Latina y el Caribe, mi compromiso desde cuando sea presidenta, a partir del 11 de marzo de este año, a trabajar con todos ustedes para que podamos integrarnos y cooperar y realmente cumplir con los sueños y anhelos de nuestro pueblo", dijo Bachelet.
Al término de la cumbre, Bachelet se despidió afectuosamente de Raúl Castro en un breve diálogo antes de emprender regreso a Santiago.