A eso de las 7 de la tarde cerraron la calle. El martes 19 de abril, la esquina de Caupolicán con Tegualda -en pleno corazón del barrio Italia- cambió su tranquilidad habitual por un evento que prometía ser en grande. Telas negras frenaban el acceso de los peatones y autos, las botellas de champán se enfriaban en las cubiteras y el Dj ponía sus primeros discos. Poco a poco la carpa sin techo instalada en plena vía pública comenzó a recibir un selecto grupo de gente: productores de moda, modelos, vecinos del barrio, diseñadores, artistas y actores, entre otros.
Esa noche eran los invitados a la inauguración de dos tiendas argentinas que, por primera vez, cruzaban la frontera: Ay Not Dead y Félix, ambas de ropa exclusiva y, además, emblemáticas del barrio porteño de Palermo. En lugar de abrir en un mall, aterrizaron en el barrio Italia, un sector en el que colindan las comunas de Providencia y Ñuñoa, y que desde hace cuatro años se viene convirtiendo en el polo del diseño emergente, con tiendas de muebles, boutiques, galerías de arte, restaurantes y una fauna social que combina a sus antiguos habitantes con una nueva generación de jóvenes en busca de vida de barrio a escala humana. Algo similar al fenómeno que vivió el Palermo bonaerense durante los 80, cuando las antiguas casas de fachada continua comenzaron a ser pobladas por este mismo tipo de servicios y personas.
El argentino Diego Romero, dueño de Ay Not Dead, vino a Santiago para inaugurar -junto a sus socias locales, María Corredor y Trinidad González- el nuevo espacio. "Creemos que este lugar es perfecto para comenzar en la ciudad, ya que la marca tendrá un origen similar al que tuvo en Buenos Aires", dice Romero.
La primera tienda de esta marca abrió en 2004 en Buenos Aires, en la esquina de Soler y Julián Alvarez. "La ubicación permitió que tuviera un espíritu más under, una onda especial", explica el argentino. Lo mismo quiso replicar en la capital chilena: "Había tenido tratativas para abrir en el sector de Alonso de Córdova, pero mis socias me trajeron a este barrio y el encanto fue inmediato".
Según Romero, las identidades del barrio Italia y Palermo son únicas y distintas, "pero el espíritu es parecido al de Palermo en sus inicios, por las tiendas de diseño, la atmósfera y los muebles antiguos". A pocas cuadras de la tienda están los anticuarios y ebanistas de calle Caupolicán, que se instalaron ahí en la década del 70.
La misma impresión tuvieron Hermann König y su socio Eduardo Ramírez, los chilenos que trajeron al sector la marca de ropa masculina Félix. "Los dueños argentinos querían que la primera tienda que se instalara en otro país reflejara la identidad de su marca, que abrió hace ocho años en calle Gurruchaga, en el corazón de Palermo", dice König. Pero él va más allá: "El barrio tiene mucho del Soho neoyorquino, una suerte de shopping al aire libre".
Pero no se trató de llegar y montar un negocio en una antigua casa. Estas dos tiendas abrieron en propiedades contiguas que pertenecen a Jack Arama, un empresario que se dedica a reconstruir casonas antiguas del sector para darles nueva vida. Esto, con emprendimientos hasta ahora siempre ligados al diseño. "En este proyecto me embarqué con Boris Quercia", explica el empresario.
Sin embargo, Arama partió antes, hace dos años y medio, con su empresa Sudinvest, la que define como "desarrollo inmobiliario sustentable", es decir, que conserva el patrimonio arquitectónico. "Aquí se puede comprar una casa, echarla abajo y construir un edificio, pero mi objetivo es mantener la arquitectura", dice.
Su primera remodelación fue un espacio de 300 m2, en Av. Italia 1552, llamado Italier. "Es la típica casa de fachada continua que adentro tiene un patio interior. Botamos los muros divisorios y creamos seis locales", explica Arama. Allí se instalaron un restaurante italiano, el L'Aperitivo, y tiendas de diseño como Ovoespejo y Yego. También, está la galería de arte Abraxas. "Me di cuenta de que había demanda", dice Arama. El paso siguiente, en 2010, fue Casa Italia, ubicada en la misma calle.
En el lugar se instaló la tienda de diseño Pro2. La dueña, Soledad Hernández, junto con su hermano Nicolás, apostaron por un sector que se consolidaba lentamente como núcleo de esta disciplina artística en la ciudad. "Está muy asociado al comercio independiente y la gente viene en busca de diseño local", dice Soledad.
Ese mismo año abrió tres locales en Pequeña Italia, en la esquina de Av. Italia con Santa Isabel. Y en 2011, antes de Ay Not Dead y Félix, inauguró Factoría Tegualda, un espacio más rústico con cinco tiendas.
El barrio Italia es zona de artistas. Samy Benmayor, Bororo y Diego Elton tienen sus talleres ahí. También fotógrafos, como Gabriel Schkolnick, quien instaló su estudio: "Llevo 10 años en el barrio y todavía mantiene su pequeña escala".
Además de este tipo de espacios, en esta zona de Santiago conviven los almacenes de "toda la vida": antiguas sastrerías, tiendas de sombreros y fuentes de soda, entre varios otros. El rescate de ese patrimonio es lo que precisamente busca el proyecto Barrio Italia, una iniciativa que comenzó a gestarse en 2009. Fernanda Lizana, su coordinadora, lo explica: "Se trata de una iniciativa cultural comunitaria. Tenemos un mapa con 101 puntos de interés entre museos, tiendas, plazas, restaurantes y más. Hay que potenciar el patrimonio intangible", dice.