Hasta un mes podría estar fuera de servicio la base naval de Talcahuano, luego que gran parte de sus instalaciones resultaran destruidas producto del terremoto y posterior tsunami que provocaron, incluso, que parte de los barcos quedaran incrustados entre las bodegas.
Así lo afirmaron fuentes al interior de la institución, quienes explicaron que los principales daños se produjeron en el borde costero, donde la mayor parte de los diques de contención resultaron con quebraduras y desprendimiento del hormigón, provocando que toneladas de cemento y fierro cayeran al mar
Según trascendió, personal naval trabaja en el despeje de escombros, derrumbes, repavimentación y limpieza, por lo que se espera que a mediados de la próxima semana se inicie la recuperación de los equipos y maquinarias, como también las de dársenas y grúas que se vieron severamente dañadas por las olas.
Se estima que los costos para su reparación bordearían los US$ 150 millones. Entre las inversiones que se deberán realizar se encuentran nuevo equipamiento electrónico y de apoyo a la navegación. Además, de reparar parte del Hospital Naval, que sufrió severos daños.
Hasta ayer todavía se prolongaban las labores de revisión del fondo marino de la base, iniciadas el miércoles pasado. El objetivo es comprobar el estado estructural de los asentamientos del muelle y determinar bajo qué condiciones de navegabilidad pueden aproximarse los buques.
Pero la imagen que más impacta a quienes trabajan en el lugar sería el desplazamiento de la misilera Saar 4, que se encontraba sobre la base de una de las losas del astillero de Asmar.
La nave, de más de 70 metros de largo y varios cientos de toneladas de peso, fue virtualmente levantada aproximadamente unos tres metros y puesta sobre tierra firme.